Seminario Internacional : Profesión docente y educación continua en América Latina : aprendizajes y desafíos

122 SEMINARIO INTERNACIONAL PROFESIÓN DOCENTE Y EDUCACIÓN CONTINUA EN AMÉRICA LATINA: APRENDIZAJES Y DESAFÍOS educadores/as diferenciales y los/as encargados/as de convivencia, hemos colaborado en la generación de una plataforma que nos permite seguir la trayectoria del/la estudiante, pero no una plataforma que simplemente muestre los cursos reprobados y aprobados sino una que tiene que ver con elementos más cualitativos y temas más pertinentes al desarrollo y contexto del/la estudiante. Existe un desarrollo profesional centrado en el aprendizaje colectivo y el trabajo colaborativo en los equipos de éxito escolar. Obviamente el solo hecho de tener un espacio para reflexionar, discutir, generar un panel de habilidades y criterios o un escenario evaluativo, hacer una valida- ción o una calibración de juicio, implica un trabajo colaborativo de una comunidad profesional, no a través de una instrucción, de un curso, de un posgrado, sino que dentro de la misma es- cuela, dentro de nuestro mismo contexto. Es así como se trabaja con los saberes que tienen los mismos actores para responder a las necesidades observadas dentro del establecimiento, es decir, aunamos los saberes y habilidades de los/as profesionales de nuestra comunidad para responder a los requerimientos de la misma. Observamos también el fortalecimiento del liderazgo pedagógico en tanto se generan y vali- dan líderes dentro de las comunidades que participan en el proyecto. Los/as líderes transmiten a los demás establecimientos, en la fase de escalamiento del proyecto, las estrategias y las dinámicas que hemos trabajado dentro del mismo, pero no desde la actitud del “experto”. El trabajo que hicimos con la Universidad de Chile fue de esa misma manera, muy respetuoso de nuestros tiempos y de nuestro contexto. No vinieron a “abrirnos la cabeza” y “llenarla” de sabe- res. Estamos construyendo de manera conjunta. Los distintos actores dentro de este proyecto, con sus saberes y necesidades, generamos este mecanismo de trabajo que nos permite ciertos aprendizajes dentro del mismo proyecto, existe una optimización de la práctica docente con foco en la trayectoria del/la estudiante y hay o debe haber (porque se exige por medio del trabajo) una apropiación curricular. Sin apropiación curricular no podríamos hacer este trabajo. Hay variedad de recursos evaluativos y retroalimen- tación constante, no simplemente la típica retroalimentación que hacemos los/as docentes al final de la clase: “ah, quedan 5 minutos y tengo que hacer la retroalimentación: ¿qué aprendi - mos hoy?”. Hay una retroalimentación que no es vertical del/la docente al/la estudiante, sino que, entre los/as mismos/as compañeros/as se dan momentos donde ellos/as explican y se enseñan a sí mismos/as. Hay foco en las habilidades, hay seguimiento y monitoreo, pero en cuanto a la sistematización no hay una vigilancia punitiva. Se entiende la evaluación como proceso, no como resultado. Además hay algo muy importante: lo que se evalúa no es distinto de lo que se aprende. Es necesario entender eso que muchas veces los/as estudiantes dicen: “¿para qué nos pasa esto si en la prueba no va a salir?”. A modo de conclusión podríamos decir que se ha producido una valoración del trabajo cola- borativo y de la co-construcción del conocimiento: tenemos distintos saberes, nos unimos y vamos aprendiendo juntos/as. Hay una idea de sistema y hay vinculación interdisciplinar como en el caso del trabajo conjunto con la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Valparaíso. Hay un aprendizaje mutuo, hay lecciones que tenemos que aprender o que ya aprendimos: los esfuerzos individuales tienden a ser menos eficientes y más desgastantes. Existen distintos actores externos, principalmente la academia, en este caso, que asumen un compromiso con foco en la justicia social.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=