Extensión con sentido país: innovando en las prácticas de extensión, vinculación con el medio y comunicaciones en la Universidad de Chile 2016-2018

Extensión con sentido país. Innovando en las prácticas de Extensión, Vinculación con el Medio y Comunicaciones en la Universidad de Chile 2016-2018 13 A inicios de 2019, la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones (Vexcom) convocó a publicar las experiencias innovadoras de Extensión, Vinculación con el Medio y Comunicaciones (EVMyC), en los ámbitos de la producción artística y cultural; desarrollo sustentable, Estado y sociedad; formación de ciudadanía, derechos humanos e inclusión; y comunicación y redes. La convocatoria estuvo dirigida a académicas, académicos, estudiantes, funcionarias y funcionarios de la Universidad de Chile y a repre- sentantes de organizaciones de la sociedad civil, involucradas en proyectos de EVMyC de esta casa de estudios. Las experiencias —que hoy recoge este texto— corresponden a proyectos, programas o cursos (asignaturas de pregrado y posgrado) vinculados con el medio, efectuados entre el año 2016 y 2018. Este libro da cuenta de una institucionalidad que se va consolidando en la Universidad de Chile, donde se retoma el espíritu de comunidad al servicio del país y con el país. En ella, todos los actores dialogan reflexionando desde distintas perspectivas: derechos humanos, género, inclusión, interculturalidad, sentido bidireccional, y la inherente articulación entre docencia, investigación y extensión. De esta forma, responde a la Estrategia IV del Plan de Desarrollo Institucional de la Universidad de Chile, objetivo N°3: “Socializar y potenciar las iniciativas de extensión”, y posiciona a la Universidad de Chile nuevamente como un referente en extensión universitaria a nivel latinoamericano. La innovación en la historia de la extensión universitaria La extensión universitaria, desde su origen, fue una innovación que desafió el modelo tradicional de universidad aislada y descontextualizada, como una “torre de marfil”. De forma alternativa, se desarro- llaron prácticas contextualizadas y comprometidas con el desarrollo de las naciones. Al inicio, estas iniciativas no eran consideradas como una actividad académica, ni mucho menos como una función esencial de las universidades. En parte, fue el propio ejercicio de la extensión y la socialización de las iniciativas la que permitió abrir procesos de institucionalización y reconocimiento de esta labor. En 1918, el “grito de Córdoba” fue un llamado de los y las estudiantes a sus universidades a cumplir su misión social, siendo la extensión universitaria una herramienta fundamental. Las incipientes uni- versidades populares -como la Universidad Popular Lastarria-, cursos libres y cursos de actualización profesional fueron los antecedentes necesarios para institucionalizar por primera vez la extensión uni- versitaria en los Estatutos de la Universidad de Chile, en el año 1931. A partir de ese momento, se creó el Departamento de Extensión Universitaria y de Difusión Cultural —posteriormente dirigido por Amanda Labarca— y se impulsaron programas que perduran hasta el día de hoy: Escuelas de Tempora- da, Museo de Arte Contemporáneo, Museo de Arte Popular Americano, Orquesta Sinfónica de Chile, Ballet Nacional Chileno, Coro de la Universidad de Chile, entre otras. A partir de estas iniciativas, se abrió el debate y reflexión para repensar la extensión, frente a lo cual nacieron nuevas iniciativas y corrientes. Amanda Labarca discutía el concepto estrecho de extensión de los Estatutos de 1931 y consideraba necesario el reconocimiento de otras iniciativas innovadoras y menos conocidas: Escuelas por Correspondencia, Misiones Culturales, Bibliotecas Móviles, Biblioteca Jardín, Sociedades de Amigos de la Universidad, Radio y Foto-Cinematografía (Labarca, 2010; Uni- versidad de Chile, 1954). Estas prácticas innovadoras tuvieron su reconocimiento en la Primera Con- ferencia Latinoamericana de Extensión Universitaria e Intercambio Cultural de 1957, organizada por la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe, realizada en Santiago (UDUAL, 1958). Este hito continental, en el que participaron representantes de múltiples instituciones, acordó considerar la extensión como función universitaria, al mismo nivel que la docencia y la investigación. Luego, la Universidad de Chile, como una forma de responder y adaptarse a un contexto de cambios sociales, desarrolló nuevos proyectos y programas. En 1970, la Universidad patrocinaba y financiaba más de 60 iniciativas de extensión a nivel nacional. Entre ellas destacan: grupos de teatro en poblacio- nes, talleres literarios, capacitación de dirigentes, capacitaciones y publicaciones sindicales, Cine Club, Escuela Internacional de Temporada, extensión musical y programas de extensión de los departamentos de Enfermería, Sociología, Antropología, Patología Estomatológica, Filosofía, Arte Público, Geografía, Salud Pública, Danza y Castellano (Universidad de Chile, 1970). Estas prácticas innovadoras expresa- ban una mirada crítica al paternalismo y la verticalidad de la vinculación entre los saberes universitarios

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