Malestar y destinos del malestar: políticas de la desdicha vol. 1

70 – malestar y destinos del malestar Políticas de la desdicha En este artículo he proporcionado algunos elementos para apoyar la hipótesis de que, lo que se entiende por problemas de salud mental individual, también impli- ca conflictos, tensiones y dilemas relacionados con los cambios en las formas sociales de vida; cambios que, en el caso de la Francia y los Estados Unidos contemporáneos, derivan de giros en las actitudes hacia la autonomía. Las patologías mentales –es decir, las patologías de experiencias, ideas y relaciones– se han convertido en aflic- ciones sociales, aflicciones que encuentran su significado en el grupo, el trabajo, la familia y la política. En última instancia, las cuestiones que se agrupan bajo la expre- sión “salud mental” expresan la actitud individualista hacia las formas de adversi- dad 32 producidas por las relaciones sociales. Como lo hemos visto, Francia y ee.uu. han adoptado dos actitudes diferentes hacia estas formas de adversidad. La desgracia, la infelicidad, el sufrimiento y la enfermedad mental, así como toda clase de malestares físicos, son todos elementos de un juego de lenguaje que expresa formas o fuentes compartidas de sufrimiento [y dificultad] en dos niveles: uno que es práctico y singularizante; otro retórico y universalizante. Este lenguaje tiene su propia gramática y retórica; gobierna significados y regula afectos. Esto hace posible, después de todo, la expresión de la queja. Y siempre que se expresa una queja se trata de un acto de habla, incluso si no es más que eso. Esto significa, por supues- to, que se dirige a alguien, a alguien que debe entenderlo y, si es necesario, actuar en consecuencia. En este sentido, el ámbito de la salud mental (a diferencia de los aspectos de la psicopatología clásica o la psiquiatría) pertenece a los fenómenos ge- nerales de la existencia colectiva, teniendo importantes implicaciones para la cohe- sión social, así como para la coherencia social del sentido compartido. La existencia de estos lenguajes no es, por supuesto, exclusiva del individualismo. Estos lenguajes se encuentran en cualquier sociedad. Por todas partes hay una necesidad de formas compartidas de expresar la ansiedad humana y el malestar. 32 Peter Winch habla de actitud hacia la contingencia . Cf. Peter Winch, The Idea of a Social Science and its Relation to Philosophy (London: Routledge y Keagan Paul, 1958).

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