Malestar y destinos del malestar: políticas de la desdicha vol. 1

54 – malestar y destinos del malestar Políticas de la desdicha sufrimiento psíquico en la sociedad francesa 6 , donde las conquistas individuales y el sufrimiento individual vienen a representar, de hecho, dos facetas interdependientes de la nueva dinámica de autonomía. La tercera investigación, que tuvo una orienta- ción histórica, fue el estudio sociológico de la depresión contemporánea, y tuvo por objetivo aclarar (sobre todo en el contexto francés) por qué, de hecho, la depresión parece haberse convertido en la patología mental más extendida en el mundo. En el transcurso de la segunda mitad del siglo xx, el aumento de la depresión ha ido de la mano con un desplazamiento de los valores, desde los valores de disciplina hacia los de autonomía, determinando que la neurosis freudiana (la patología de la culpa) haya sido sustituida por formas de malestar asociados con un nuevo énfasis en el individualismo autónomo. En una forma de vida más tradicional, organizada por la disciplina, la pregunta que enfrenta cada persona se centra en el superyó: ¿Qué me es permitido hacer? Esta es la pregunta del individuo culpable o neurótico. Cuando la referencia a la autonomía domina nuestras actitudes, sin importar cómo –es decir, desde el momento en que cada cual puede convertirse en alguien que actúa confor- me a su propia iniciativa, y aquello se transforma en un ideal arraigado en nuestro modo cotidiano de hacer las cosas–, entonces la pregunta dominante adquiere el tipo “depresivo”, se centra en el ideal del yo que invita a la acción: ¿soy capaz de hacer x o y ? Esta es la pregunta del individuo capaz o depresivo, preocupado más por la res- ponsabilidad, o por la capacidad, que por la culpabilidad. En el desplazamiento de la pregunta por aquello que está permitido hacia la pregunta por aquello que es posible, la asertividad personal se convierte en el corazón de la sociabilidad democrática. La capacidad de hacerse valer de forma controlada y adecuada se vuelve un in- grediente esencial de la socialización en todos los niveles de la jerarquía social. Este cambio en las normas y valores implícitamente ubica a cada individuo en una di- mensión que se extiende desde la capacidad a la incapacidad. Cuando el cursor se sitúa cerca del lado de la incapacidad, un sentimiento de impotencia tiende a generar la sensación de inadecuación que se asocia al hecho de no poder vivir conforme a las expectativas impuestas por los ideales de autonomía. Aquí estamos más en el registro del déficit, de la inadecuación o de la discapacidad, que en el registro del conflicto y de la culpa asociada a él 7 . Francia: una sociedad del malestar Un psiquiatra en Lyon describía cómo, en 1993, una enfermera mayor lo llamaba: “Necesitamos su ayuda para entender: hay nuevos pacientes que acuden al centro de salud mental de la comunidad y no sabemos cómo ayudarles” 8 . A diferencia de los 6 Alain Ehrenberg, L’Individu incertain (Paris: Calmann-Levy, 1995). 7 Alain Ehrenberg, La fatiga de ser uno mismo. Depresión y Sociedad (Buenos Aires: Nueva Visión, 2000). 8 Jean Furtos, “Souffrir sans disparaître”, en J. Furtos y C. Laval (eds.), La Santé mentale en actes. De la

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