Malestar y destinos del malestar: políticas de la desdicha vol. 1

Dolores de Morir / Dominique Cupa – 135 de vuelta a la alucinación paradisíaca de la satisfacción, abriendo el espacio de la huella traumática, en tanto memoria de origen. Cuando Sebastián me pidió esto, hice una asociación con la bella obra de Mau- rice Blanchot, La escritura del desastre . El desastre, dice Blanchot, es “ruptura con el astro”; nuestra muerte “está más allá del desastre” 16 . En lo que me concierne, pienso que la muerte es un desastre, pero el trabajo de separación impuesto puede ser “via- ble” a través de lazos tejidos sobre zonas de contacto que pueden ser elementales. Mecen, alivian y dejan huellas de los últimos encuentros. Permiten que el trabajo del adiós no sea vivenciado como un desgarro insostenible, fuente de una hemorragia y desesperanza sin nombre, sino como un momento sagrado en el cual el alma de las cosas se vuelve sensible en la lenta metamorfosis del lazo. Entonces, la presencia se transforma en el soporte de una posible ausencia eterna. En La escritura o la vida 17 , Semprún muestra cuánto la escritura transforma- ría también el desastre, pues mediante la escritura exorcizamos la muerte, nuestra muerte. 16 Maurice Blanchot, L’écriture du dèsastre (Paris: Gallimard, 1980), 121. 17 Jorge Semprun, L’écriture ou la vie (Paris: Gallimard, 1994).

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