Desafíos emergentes de la modernización del Estado : reflexiones y casos de América Latina y Europa

DESAFÍOS EMERGENTES DE LA MODERNIZACIÓN DEL ESTADO 25 un proyecto no coincide, por lo general, con el dinamismo laboral. Si se presenta una oportunidad, como un puesto en un ministerio, el jefe de proyecto no tendrá reparos ni dudará en ningún momento en abandonar su ocupación, dejando en suspenso su trabajo. En Japón, cuando se nombra a un jefe de proyecto para cons- truir una nueva fábrica, a menudo este termina siendo el director de la fábrica, algo que motiva al líder de un proyecto a que este se desarrolle en buenas condiciones. En efecto, bastaría imaginar qué habría pasado si el jefe de proyecto del sistema de pago centralizado termina convertido en el nuevo director de la ONP. Esto habría permitido vincular el éxito del proyecto con el de su carrera profesional. Sin embargo, no es así como funcionan las cosas en un universo burocrático. Primero, se crea ex nihilo una oficina nacional de pago, donde se destina inmediatamente a un alto funcionario con el fin de legitimarla como una entidad de rango superior y de esta forma “asentar” la nueva oficina. Como consecuencia, el desempeño en el cargo de director de la ONP se independiza, de algún modo, del éxito del pro- yecto. Después, se designa arbitrariamente a encargados de proyecto, quienes, con el mismo criterio, pueden ser sustituidos sin problema. Me parece que esta forma de concebir la carrera funcionaria es por completo incompatible con el modelo de proyecto. En este caso que —recordemos— ha terminado como un fiasco econó- mico de 400 millones de euros, ningún alto funcionario se ha sentido responsable del desastre. De hecho, no hubo ni declaración de culpables ni se practicó investi- gación parlamentaria alguna; solo un encogimiento de hombros y la vida sigue, en una burocracia percibida como perenne.

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