Desafíos emergentes de la modernización del Estado : reflexiones y casos de América Latina y Europa

Javier Fuenzalida | Pablo González ( Editores ) 144 1. I ntroducción La participación de los ciudadanos en las diferentes actividades de la vida política, con el fin de agregar y articular intereses, es parte de lo que se entiende como el ideal democrático de naturaleza procesal. Agrupados bajo el término “participa- ción política”, esas actividades comprenden desde las más sencillas, como las discu- siones acerca de los sucesos políticos locales, nacionales e internacionales, hasta las más complejas, como la participación directa en los sindicatos, partidos y gobier- nos, organización de protestas y reivindicaciones, participación en las actividades de política electoral, supervisión de la actividad política, entre otras actividades de naturaleza política (Avelar, 2007). La participación popular supone un requisito decisivo para el fortalecimiento de las instituciones políticas democráticas y de las organizaciones sociales, lo cual permite a la sociedad civil influir y formar parte de los procesos políticos decisivos. Para que dicha participación se lleve a cabo de manera apropiada, es necesario que el gobierno sea accesible a los ciudadanos, estableciendo canales de comunicación sólidos, abiertos y transparentes con la sociedad, con el firme compromiso de per- seguir el bien común y construir un país más justo y consolidado. Manifestaciones sociales de grandes proporciones en los últimos años, no obs- tante, muestran un contexto de creciente descontento respecto del funcionamiento de los sistemas políticos, alcanzando esto, simultáneamente, a distintas sociedades de todo el planeta. Manifestaciones de la llamada “Primavera Árabe” en países de Medio Oriente, protestas pro democracia en Hong Kong, movimientos occupy contra las políticas de austeridad en Estados Unidos y Europa, y manifestaciones anticorrupción y a favor de mejores servicios públicos en América Latina, son ejemplos de una crisis de representatividad de carácter global, motivada por una creciente demanda de más participación, democracia y progreso social. Algo en común entre estas diferentes manifestaciones es el amplio uso de Tec- nologías de Información y Comunicación (TIC) en el campo de la informática. La llegada de estas tecnologías revolucionó, no solo la capacidad de transmisión de información entre los manifestantes, sino, sobre todo, su potencial de movilización y comunicación. Considerar el potencial de estas tecnologías para la moderniza- ción de la administración pública frente a las crecientes demandas sociales y para la profundización de la democracia es una tarea esencial para cualquier gobierno consciente de una ciudadanía que, como afirma Kliksberg, “no ve más al Estado como algo exterior (…). Una de sus demandas más jerarquizadas es la de mayor

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