Congreso nacional de arquitectura y urbanismo

- 179 - cuatro pisos y un entresuelos. Nerón le. redujo \B. 60 pies {l't,'l mts.} (t} Después se tcma:.. ..on medido.s i~l>l'Bl lítT.i."'¡W"· :ilos "peligre• S de incendion. Las primeras ca.sas eran de m·J.dera. y s~ ~v::.J.strt:.Jan por ~sto aisladas ·1.1nas do o'i:;l'O.s. Por o't~onside:.'3. e iü::•. &s da higie·· ne 11 se dispuso. cuando la · pvbJaci6n O.\l!uexti:.ó, que ent...-e ~asa y casa quedase un espa~io libre, que ~n RQI!la era, según 'ta Ley dP– las Doce T:ablat:, de dos ~r modio a doce y medio pies y BU Atenas de dos pies. N"o exis·i;í::t por consi~iente, en aquellos tielllT;o3, la. servid umbre de la me d5aneria (2J. '" Lo. reglamentaoj.ón de los edificios en cuanto a algu1.•a no sólo se impuse pcr r ~zoncs de seguridad, sino tnmbi~n por la "salubridn.d de las calles y de las- habitacionesJb. Yo. c:.:n 1·783 las ordenanzas franc.esas fijaron el ancho de las callo s y 0bli ·· gaban o. los propi et.arios que reconstrtdan sus edificins a . tO!Ill$r la l!nea co!':cespond.iente al ensanche, establecier ...do :ho que hoy día denominamos sel"Vidumi)l•s de alineal3i6u. Las mismas orttetJ.8.nzas dete:t"l"linaron que la .:llgur-a de. los edificios no podia pasar de-l doble del ancho da la calle. Junto con la reglamentaci6n de las construccionos oome~zó a re¡::lamentarse el am~ho de las calles y }a extensión de las ciudades. pues unas :y otl"S.s s e relacionan muy diractc::tm.Bnte. ;'La calle es la unidad higién5.ca de la ciudad", dice ll'onssagdve (:5). "Esta vale como salubrl~ad lo que valen las calles qud 1~ cor..s– tituy.-ntt. ~,'1 las pobl~eior-1&~ prinrl.{;i·was no se conoce }o. dis· cribu(;iÓ:t\ de los ~clare~ o casas pm.· medio de ea.lles; ·éstas so:u foniU:t.d.as por casf.n·:loc ed ifjca ~..~os sin orden al;uno (4)'. R'1 laa: o:•a: n.de: :J ci•!dades antigt.1:ó\S y de la Edad M<:;.dia exist:Lan calles, pe:..~o er . la D"ayor parte d~ ellas su ancho no aJ eo._·,uuiJa a 2 o 3 ·me·tros. ~ Roma lag calles tenían Z3 pj.es y medio.!' o sev., "f metros 65 de a ncho, lo necesario para permitir pn.sar dos ca– rros, pero las .:; all.es p!'ir.dtivas sóio ·ten1a.n S pies, {2,30 m~a.). La estrechez de l~s C:lllcs y la altura d& !os edificios, ~ según Frisdlanaer (5) hacía aparecer a Roma ca~i como uan eiu– dad subterrd.nea. El nñ.smo autor ag:ro~: " Si esta disposici6n era agradable n la. vistn, Glla '!:;en~:A.--e. .juic:.o de- los romanos– ~a ventaja de que el soil. pod!a apwa3 do~~ende:r en estas eallt\- (ll P'rlodlc..n<ie;: Costumbres del Reino de Augu~to. ~ 2l (;oureellc et Lei!laitre. Legislation des batirlents, pflg. 19' ,3 .~' F;msso.. gri~ .- Iiig;ienio et assainissement des villes.,p1g ~6 4 ·, 00ra ci· tc.do. . · (5) Obz-~ citooa. .

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=