Más comunidad más prevención: manual para gestión local de seguridad

Manual: Más Comunidad Más Prevención 33 Capítulo I. Conociendo la seguridad ciudadana en el gobierno local En síntesis, la seguridad no se constituye solo como un departamento, dirección o secretaría en la administra- ción del gobierno local, sino como un tema que cruza prácticamente todos sus ámbitos de acción, tales como educación, salud, planificación, recuperación de espacios públicos, y que requiere de una estructura que dé soporte a la estrategia, de una mirada de consenso respecto de lo que se entiende por un entorno seguro, de un líder que conduzca el proceso de cambio y la estrategia y de un equipo técnico competente que traduzca esos lineamientos en acciones concretas y sensibles a las necesidades y recursos existentes en la comunidad, sobre la lógica de la coproducción y la eficacia colectiva. C. Recursos disponibles para la seguridad ciudadana 1. Mirando la oferta programática existente en el territorio local Antes de comenzar a diseñar una estrategia e incluso antes de generar los cambios en la estructura interna del gobierno local, resulta relevante hacer una revisión de los recursos disponibles. Suponer que se parte de cero es un error común que puede llevar al equipo técnico a pasar por alto elementos que pueden facilitar el posterior desarrollo de la estrategia de seguridad. Aprovechar al máximo el capital existente es fundamental, considerando que la consecución de nuevos recursos es uno de los obstáculos más difíciles de sortear cuando a nivel local se quiere innovar en cualquier materia. En este sentido se requiere la mayor rigurosidad en el análisis y en la búsqueda de los programas, departamentos o servicios que actualmente operan en el territorio. En primer lugar, hay que hacer una revisión exhaustiva, tanto de aquellos organismos que dependen directa- mente del gobierno local y sus diferentes reparticiones, como de otras iniciativas que estén presentes, desde entidades civiles, educacionales, de salud, policiales y religiosas. Para llevar a cabo este diagnóstico es necesario catastrar los programas o departamentos existentes, su objetivo, cobertura, los recursos disponibles, vigencia, etc. para poder determinar cómo pueden ser útiles para el desarro- llo de la estrategia de seguridad. Para ello se ha elaborado un cuadro ( Apéndice A1 ) que puede servir de guía para la acción. Asimismo, estar en conocimiento de los organismos externos que intervienen a nivel local (que no dependen de la administración del gobierno local) permitirá tener un panorama más amplio, involucrar a nue- vos socios estratégicos y recolectar más y mejor información en la fase diagnóstica. Cabe señalar que esta fase tiene un valor agregado en la medida que mientras se recoge información y se realiza el catastro de los recursos disponibles, se puede ir sensibilizando a los actores que potencialmente podrían formar parte de la estrategia. Desde este punto de vista, antes de comenzar a levantar información referida a las necesidades de la comunidad que vive, estudia o trabaja en determinado territorio, así como cifras o estadísticas de denuncias, detenciones, etc. resulta necesario ordenar internamente los recursos, sumar y sensibilizar a nuevos actores, sintonizar vi- siones de desarrollo y seguridad y sobre todo, comenzar a incorporar la visión de esos equipos técnicos que

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