Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje

nervudas como las alas de los 1n urciélagos, siguiendo a una perra amarilla, verrugosa y flaca como su nana, que guiaba al chonchón hasta un sitioque los rayos del astro cómplice señalaban 1nás allá de los cerros: ellas eran las culpables de todo, porque la niña era bruja y b1uja la nana" (36), y como la pen-a era la bruja había que castigarla para que confesara sus crúnenes: "el cuerpo lacerado sangró, pero ni los ojos ni la boca de la bruja se abrieron, aunque no dejó de respirar, suspendida en una región distinta a la v ida y a la muerte" (40). 70

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