Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje

IDENTIDADESLABORALESEIDENTIDADESFAMILIARES: CONTINUIDADESYRUPTURAS. Veamos ahora la preguntaque toca a la construcciónde identidades de hombres ymujeres (en el sentido de cón10 se proyecta o "desea" lo femen ino y lo n1asculino) y a los valores posibles asociados a ésta. En la encuesta se quiso saber las espectativas respecto a los hijos e hijas entregando una seriede atributos. Los resultados evidencian una inversión entre lo que se espera de hombres y mujeres. En pruner lugar, de los hombres se espera que sean buenos profesionales (59%) y en segundo lugar que sean buenos padres(37%). De las mujeres se aguarda en primer lugar que sea una buena madre (52%) y en segundo lugar una buena profesional (48%). De ambos se desea, en tercer lugar que sean personas queridas. Es destacable que un poco más de la mayoría se incline por estimar en la mujer el ser "buenamadre" (la construcción del género femenino en nuestro país está fuertemente ligada al estereotipo materno, se podría decir que somos una culturaque "materniza" más que otras a lo femenino), pero que casi la mitad valore también que sea una "buena profesional" .Estas cifras parecenmostrar que ennuestra cultura coexisten"modelos tradicionales" y"modelos1nodernos" (por usar esa dicotomiamás como metáfora que como conceptos); una coexistencia, que en el plano de lo concreto, no implica el ser una o la otra sino en co1nbioar a1nbas. Por otro lado, la no valoración en primer lugar de los hombres como padres, pareciera ser un tema de larga duración en nuestro medio (como la tnadre es la figura simbólicamente central de la fatni Iia, el padre puede ser un ausente (real o figurado). Por eso, no es raro que se espere que el hombre sea un buen profesional (un ser definido pritnero por su lazos con lo público y conel " contrato" social, antes que por el afecto, el vínculo cara a cara, lo incondicional). Esta "modernización conservadora", toda vez que mantiene antiguos 1nodelos en lo familiar (madre presente y padre ausente) y nuevos esquemas en lo público (el acceso de las mujeres al él) propone algunas reflexiones respecto a la igualdad entre hombres y mujeres. El tema central, a 1ni juicio, es el proyecto de sociedad dentro del cual se genera esta igualdad. El hecho de que valores como lomoral, la paz interna, lo religioso, la alegria, no ocupen un sitio privilegiado en lo que se espera de los sujetos hombres o mujeres y la valoración excesiva de lo profesional nos habla de unmo1nento social de ca1nbios. ¿ Qué connotaciones tiene la frase ser un buen profesional? Creo que tras ella está el status, el prestigio, el dinero que implica, además de la valoración del "afuera" como espacio de realjzación personal; es decir el sujeto -y sobre todo elmasculino- no se legitima por el "adentro" (la familia, ser buen padre) sino por su "ro l" en las estructuras sociales. A la mujer, sin embargo se la "desea" en el afuera y en el adentTo. Si unimos lo anterior con algunos de los resultados de la encuesta vinculados al ámbito 110

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