Palabra Pública N° 24 2021 - Universidad de Chile

“¡Tendrá más tiempo libre con una cocina McClary!”. Publicidad estadounidense de 1952. seo porque no tienen tiempo. Esa es la forma en que ganas tiempo: pidiendo comida, contratando a alguien que haga la limpieza, personas que pasean a tus perros. Una de sus preocupaciones actuales tiene que ver con el trabajo remoto. —La gente ahora está acostumbrada a trabajar desde casa, o lo hacen tres días a la semana y dos en la oficina. De lo que no se habla a menudo es, en rea- lidad, que hay una tecnología mucho mejor para la vigilancia de las personas que trabajan en casa. El trabajo remoto ha sido una excusa para que haya mu- cho más uso de tecnología de vigilancia con los trabajadores. Cuándo inician sesión y todo eso. Un amigo que trabaja en el gobierno del Reino Unido me dice que pueden saber absolutamente todo, desde el momento en que inicias sesión por la mañana cuando comienzas a trabajar, hasta cuándo terminas el trabajo. ¿Qué estamos permitiendo que se registre? En mi caso, hace poco alguien muy cercano murió y al día siguiente tuve que seguir trabajando, porque como periodista autónoma no tengo opción de parar. Ese día pensé que los trabajos en condiciones precarias pueden incluso menoscabar las tradiciones que tiene cada cultura en cuestiones esenciales, como, por ejemplo, el tiempo de duelo después de una muerte. —Lo siento mucho. Y creo que acabas de levantar un gran punto. Por ejem- plo, acá ha habido campañas para que los trabajadores de Uber tengan dentro de sus condiciones laborales bajas por enfermedad y ciertamente se podría poner también la del duelo. Es algo básico. Por eso es tan importante que los trabajadores independientes, con contratos precarios, se organicen. El duelo es un tema muy importante para traer a la conversación, porque se trata, esencialmente, sobre el paso del tiempo. Cuando los niños son chicos, haces muchas cosas para cui- darlos, limpiarlos, alimentarlos, pero cuando son adolescentes, lo impor- tante es que tú estés ahí. No es que estés haciendo mucho más que estar, pero tu presencia es la importante. Mi madre tuvo Alzheimer y durante los últimos años lo esencial solo era sentarte allí y estar con ella. Pareciera que no podemos vivir de forma armoniosa con la tecnolo- gía. En YouTube está lleno de per- sonas contando su experiencia de desintoxicación de las redes sociales, pero estas son fórmulas individua- les. ¿Es un triunfo del capitalismo el acto de no pensar en estrategias colectivas para vivir mejor? —Lo acabas de decir muy bien. Estamos viviendo en una era en que las empresas de tecnología fomentan esto, que es empujar a la gente a pensar que es su responsabilidad controlar estas cosas. En mi iPad hay una aplicación que me dice cuánto tiempo paso en él. Incluso hablé sobre esto con uno de los diseñadores cuando estuve en Silicon Valley y ellos dicen, completa y genui- namente, que están tratando de ayudar a la gente que se obsesiona. Una de las grandes ironías de las que hablo bas- tante con la gente que pasa más de un año en Silicon Valley es que se asegu- ran de que sus hijos no lleven iPads o teléfonos al colegio. Necesitamos tener estrategias colectivas. Si no contesto los correos electrónicos de mi jefe en todo el fin de semana y todos los demás sí lo hacen, es un desastre total. Estos es- fuerzos tienen que ser colectivos. 33

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