Palabra Pública N°25 2022 - Universidad de Chile

“Soy de origen catalán y de vida chilena, entonces tengo dos tierras”, dijo Roser Bru en una entrevista de la serie Maestros del Arte Chileno . La artista catalana-chilena nació en Barcelona, se exilió con su familia en París, luego volvió a España y durante la guerra civil española migró a América Latina poco antes de que empezara la Segunda Guerra Mundial. Era 1939 cuando zarpó el Winnipeg, el famoso barco que transportó a refugiados españoles desde Francia y que recalaría dos meses después en el puerto de Valparaíso. A bordo de la nave, nadie sabía muy bien cómo sería la tierra de destino. “Algunos de- cían que llueve, otros decían ‘hace sol’, pero, claro, llueve y hace sol, si es una tira tan larga”, afirmó Bru en una entrevista archivada por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, donde contó que lo único que traía consigo era un libro sobre impresionismo. Instalada en Chile, pintaría desde cajas de chocolate, botones y vajilla, hasta cuadros, textiles y una gran cantidad de pinturas, que en 2007 llenarían el segundo piso del Museo de Arte Contem- poráneo de la Universidad de Chile para celebrar el aniversario nú- mero 60 de la institución. Su obra le valió más de una decena de distinciones en Chile y el mundo, entre ellas, el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2015. Desde pequeña sabía a qué quería dedicar su vida. En el cole- gio, en España, practicaba acuarela, y el mismo año de su llegada a Chile ingresó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de la Uni- versidad de Chile. Allí, fue discípula de Israel Roa y Pablo Burchard, y cursó dibujo, pintura y mural hasta 1942. Como estudiante, par- ticipó en el Grupo de Estudiantes Plásticos junto a otros artistas de la generación del 50 y más tarde formó parte del Taller 99 de Nemesio Antúnez. Comenzó con el dibujo y la pintura, pero también trabajó el grabado y experimentó con diversos medios de soporte para sus obras. Recorrió varios estilos, técnicas y materialidades. Se mantuvo fiel a su creatividad, sintiendo y oyendo “las voces de los materiales”, según contó en una entrevista. “En general, todo viene por el pensamiento, por la cabeza —afirmó—. Me imagino una cosa, y a veces no hago ni un croquis ni nada, sino que ataco el dibujo. O, cuando hago grabado, la plancha y también las obras mismas te dan ideas”. El estilo de la artista se caracteriza por la incorporación de símbolos, tachaduras y a veces imágenes reconocibles como las meninas de Velásquez, Frida Kahlo o Gabriela Mistral. Entre sus temáticas estuvieron la memoria, la muerte, la guerra y los lazos entre el presente y el pasado. En sus obras, a menudo aparecían referencias a elementos cotidianos o figuras humanas, en especial el cuerpo de la mujer. “El cuerpo grávido, expandido, duplicado, pa- rece ser una imagen permanente que atraviesa toda la obra de Ro- ser Bru”, escribe Diamela Eltit. El trabajo de Bru también da cuenta de su posición política: participó con una obra en la campaña de Allende, donó textiles a la UNCTAD y durante la dictadura comenzó a incluir fotografías, palabras, números y documentos para hablar de los detenidos desaparecidos durante esa época. “Vivir es cierto, morir también”, apuntó alguna vez en una de las notas que solía escribir. Entre gubias, pinceles y el olor de los acrílicos, la artista falleció en 2021 a los 98 años en Chile. ROSER BRU ( 1 9 2 3 - 2 0 2 1 ) Texto: Rocío C. Gómez Fuentes: Serie Maestros del Arte , capítulo dedicado a Roser Bru. “Winnipeg: el barco de la esperanza llega a Chile”. En: archivonacional. gob.cl Sitio oficial de Roser Bru: roserbru.cl “Porque nacemos para morir. Roser Bru”. En sismica.art Crédito de fotos: 1. “Autorretrato”, Roser Bru, 2014. Crédito: Fundación Roser Bru 2. “Autorretrato”, Roser Bru, 2011. Crédito: Fundación Roser Bru LACHILE EN LA HISTORIA DE CHILE 1 2

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