Palabra Pública N°23 2021 - Universidad de Chile

en su sentido más básico y profundo. Los filósofos grie- gos clásicos hablaban de nosotros como zoon politikon , una propiedad que nos caracteriza esencialmente como especie. Sin embargo, a veces parece que hemos “tercerizado” ese carácter in extremum . Mucho más allá de los pragma- tismos ineludibles de la democracia representativa, dele- gando por lapsos finitos la voluntad popular en represen- tes elegidos por y para el pueblo, nos hemos desprendido de la convivencia política, ya sea dejando que “el mercado” determine el uso y aun el acceso al agua, a veces esperando que defina la ciencia o los contenidos educacionales, o esperando que otros se encarguen de hacer de la plaza pú- blica un lugar de convivencia sana y respetuosa. Retomar nuestro carácter de zoon politikon , votando consciente- mente primero y participando en las instancias colectivas luego, haciendo escuchar nuestra voz y escuchando la de quienes piensan distinto, será fundamental para impulsar y afianzar los cambios estructurales. LAURA GALLARDO Investigadora asociada del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)². Profesora Titular, Departamento de Geofísica, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. Las decisiones que tenemos entre manos como hu- manidad requieren de todos, todas y todes. Esto, claro, no puede desconocer que nuestra sociedad humana actual no es igualitaria, sino que profundamente estratificada y segregada, donde el poder y la influencia están inequita- tivamente distribuidos. En este contexto, la universidad y sus miembros tenemos un rol fundamental. Debemos poner la razón, la ciencia toda, las artes y también las ga- nas en apoyar los cambios estructurales que nos permi- tan avanzar hacia un futuro vivible, sostenible y común, necesariamente democrático. El cambio climático y sus peligros hacen imprescindible cambiar cómo vivimos y convivimos en el mundo. Fabián Rivas desigual “Las decisiones que tenemos entre manos como humanidad requieren de todos, todas y todes. Esto, claro, no puede desconocer que nuestra sociedad humana actual no es una igualitaria, sino que profundamente estratificada y segregada, donde el poder y la influencia están inequitativamente distribuidos”. 41

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