Palabra Pública N°22 2021 - Universidad de Chile

POR SERGIO ROJAS COLUMNA ¿Cómo salir del fin? Itinerario de una pregunta Que la ciudadanía haya hecho realidad una Convención Constitucional no consiste simplemente en la “institución de la revuelta”, sino más bien en darse la ocasión de transitar desde el derruido escenario del fin hacia un tiempo distinto, en que lo que regule el territorio de las diferencias no sean el miedo de unos y la rabia de otros, sino el diálogo y la imaginación. La tarea ahora, dice el filósofo Sergio Rojas, es imaginar cómo salir de este tiempo que abunda en formas y contenidos agotados. I nédito : por primera vez en su historia, la ciudadanía en Chile ha elegido a quienes en su representación redacta- rán la Constitución. Existe por ahora el clima subjetivo de encontramos ad portas de un futuro. ¿En qué con- siste lo nuevo por venir? Pareciera que el presente se hizo an- gosto, dejándonos todavía con un pie en el pasado y el otro casi en un futuro de cuyo real inicio solo después tendremos noticia. En otros escritos he propuesto la idea de que en ver- dad el futuro nunca se abre “en” el presente, pues lo que ocurre más bien es que el pasado se cierra, pero no a nuestras espaldas, sino con nosotros “adentro” de ese tiempo que de pronto se fue transformando en una “época” (y toda época es siempre pasada). La tarea, entonces, es imaginar cómo salir de este tiempo que abunda en formas y contenidos agotados; es decir, habríamos llegado al fin de un tiempo marcado por el escepticismo, pero ahora hay que salir del fin . “Realmente, aún no sé qué fue lo que pasó”, me decía un amigo historiador hace unas semanas atrás. Por otro lado, en los medios y redes digitales, el análisis político, siempre atento a desentrañar lógicas y cálculos de coyunturas, logra conjeturar en cada caso las posibles direcciones que toma- rían a corto plazo los acontecimientos. Pues bien, cuando intentamos avizorar un curso de sentido cifrado entre el ruido y la humareda, dirigimos la atención hacia procesos de mediana y larga duración, y entonces, allí mismo donde hasta hace poco solo se veía ruptura y transgresión, emerge otra temporalidad en curso. Cuatro acontecimientos —de distinta naturaleza, pero internamente relacionados—, nos habrían conducido hacia la expectante circunstancia en la que nos encontramos. Pri- mero fue la revuelta social que se desencadenó en octubre de 2019; luego, el 15 de noviembre del mismo año, vino el Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución; al año siguiente, en el plebiscito del 25 de octubre, con un abru- mador 80% de los votos, la ciudadanía aprobó elaborar una nueva Constitución; finalmente, el 15 y 16 de mayo de 2021 se eligieron los integrantes de la Convención Cons- titucional (ocasión en la que se votaron también alcaldes, concejales y gobernadores). Desde una mirada retrospecti- va, impresiona el orden que siguieron los sucesos, la cohe- rencia política de su itinerario en medio de lo que fue una tempestad. Entiendo aquí por política la institucionalidad que una colectividad establece para admitir en su cotidiana existencia el conflicto que es inherente a cualquier sociedad. En este sentido, las últimas tres instancias dan cuenta de un ejercicio político, sin embargo, su origen se encuentra en la revuelta , un acontecimiento de insubordinada factici- dad que desborda la política . Sabemos que las jornadas de insurrección acontecieron casi simultáneamente en mu- chos lugares de América Latina, Europa, África y Asia. Lo Fabián Rivas 36

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