Palabra Pública N°20 2021 - Universidad de Chile

su Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones y la Universi- dad de Nueva York para asistir a Hemisférico. Pues el Teatro ha sido testigo del giro de Plaza Baquedano a Plaza Dignidad. ¿Cómo imaginas un espacio así en el futuro? ¿Debe llevar el nom- bre de Plaza Dignidad? ¿Cómo se debería habitar para que nunca se olvide, como un espacio de memo- ria y de creación, de encuentro? Que Plaza Baquedano se haya transformado en el punto cero del estallido social no es casualidad. La estructura urbana de Santiago, en su linealidad brutal desde Pudahuel a La Dehesa, es una fotografía perfecta de la división de clases que es la base de la sociedad chilena. Plaza Baquedano es nuestro Checkpoint Charlie, por allí pasa nuestro invisible Muro de Berlín. Si históricamente todos los movimien- tos utópicos no lograron construir una sociedad justa es porque el entorno ur- bano era el gran enemigo, entre otros. Sólo la imaginación utópica, la que David Harvey llama utopía dialéctica, es capaz de transformar los espacios de libertad en espacios de esperanza. Y a mi juicio, es precisamente eso lo que ha ocurrido en Plaza Baquedano: la resistencia lo ha transformado primero en un espacio de libertad y luego en un espacio de esperanza. Llamarlo digni- dad es sólo un signo de la precariedad, de la humillación, finalmente de la fal- ta de dignidad que sufre una inmensa parte de Chile. Como arquitecto yo quisiera que la ciudad convoque a un concurso de arquitectura para redise- ñar la Plaza Baquedano para intentar colapsar ese muro invisible, enterrar definitivamente el checkpoint , e inten- tar ofrecer un modelo de cómo vivir juntos. Pero me temo que aún no exis- te la voluntad política para esto. —Has sido clave en visibilizar esos muros en diversas partes del mundo. Pienso ahora en tu mirada respecto de todos los y las excluidas, “desterrados” de la tierra actuales, encarcelados/as ( El Jardín del Bien y el Mal , Yorkshire, Inglaterra); en Ohio ( And Yet , gigantografía con un relato sobre el horror y en el contexto de las elecciones en Esta- dos Unidos); en Montreal, Canadá ( Luces en la ciudad , sobre los sin casa, que no son pocos viviendo en la calle). ¿Cuáles son las motivacio- nes que hoy agudizan esa mirada sobre el poder/exclusión hoy? Desde siempre me he definido como un arquitecto que hace arte. El contexto lo es todo. No he sido ca- paz de crear una sola obra que fuera el producto puro de mi imaginación. Cada una de mis obras responde a un contexto específico en el cual me ha tocado actuar. Mi modus operandi ha sido siempre el mismo: antes de ac- tuar en el mundo necesito entender el mundo. Ese proceso de intentar en- tender el mundo es lo que me mueve y desencadena el proyecto final. Ese es el guion que repito siempre para cada proyecto. Las obras que men- cionas tienen otra cosa en común: la violencia de nuestra condición actual. Estoy trabajando en cuatro obras nuevas para Hiroshima, la primera ciudad del mundo en sufrir una bomba nuclear. Es un contexto brutal pero no solo histórico, sino que más ac- tual que nunca si observamos el estado del planeta. Estoy diseñando también una muestra sobre lo que se llamó la Viena Roja, un momento alu- cinante en la historia de esa magnífica ciudad cuando la arquitectura estaba al servicio de los trabajadores. En esa época, se hicieron grandes reformas políticas, sobre todo en la vivienda so- cial, lográndose una democratización de la sociedad y una substancial mejo- ra de vida de la clase trabajadora. Tam- bién preparo una gran retrospectiva en São Paulo, que tendrá lugar en cuatro instituciones simultáneamente. Es un ejercicio atormentado, ya que me es siempre muy doloroso mirar hacia atrás y descubrir tantas obras fallidas. —¿Cómo imaginas una obra para Chile en estos tiempos; que debería considerar? He sido invitado a participar en la próxima Bienal de Artes Mediales que tendrá lugar en octubre de 2021, si lo permite la pandemia. Participaré con una obra titulada Música (todo lo que sé lo aprendí el día en que nació mi hijo.) Voy a diseñar un pabellón para el hall central del Museo de Bellas Artes, donde se podrán oír los prime- ros gritos de recién nacidos en Chile. Después de estos meses infinitos de duelo, quisiera celebrar el extraordi- nario milagro de la vida. —¿Cómo ves el panorama actual en el Estados Unidos que habitas, “El contexto lo es todo. No he sido capaz de crear una sola obra que fuera el producto puro de mi imaginación. Cada una de mis obras responde a un contexto específico en el cual me ha tocado actuar”. 56

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