Palabra Pública N°19 2020 - Universidad de Chile

País de huachos El 30 de julio de 2020 fue publicada en el Diario Ofi- cial la ley que permitió el retiro del 10% de los fondos de las AFP para que las y los cotizantes pudieran enfrentar de mejor manera el impacto económico de la pandemia. La noticia fue muy bien recibida por quienes trabajan en el país, excepto por un grupo: los deudores de pensiones ali- menticias, a quienes les fue retenido el monto para cubrir lo que habían dejado de pagar a sus hijos e hijas. Fue re- cién ahí cuando comenzamos a hablar de la magnitud de esa cifra: en Chile, 84% de las pensiones están impagas. Se trata de una ausencia financiera que afecta a los hijos e hijas, pero que en muchas ocasiones también se transfor- ma en un abandono físico y emocional al que parecemos estar acostumbrados. Según Sonia Montecino, “una de las continuidades es- tructurales y culturales que tenemos en nuestra sociedad tiene que ver con esta idea de ausencia paterna, esta elusión de los hombres de su papel, incluso en este caso de pro- veedor, porque ni siquiera es el papel afectivo o el papel del padre que socializa, entrega normas o, como dirían los sicoanalistas freudianos, lacanianos, la "ley del padre", ni si- quiera esa figura significante aparece. He venido siguiendo este tema de las pensiones alimenticias desde hace unos seis años y es notable, porque si ves las noticias, ha ido aumen- tando. Padres y huachos siguen funcionando como una estructura simbólica y cultural muy fuerte en Chile, aun cuando la Ley de Filiación del año 1999 funciona; ya no tienes el estigma de ser hijo ilegítimo, legítimo o natural, porque estaban todas esas diferencias, eso ya se eliminó, no está ese estigma, pero ello no significa que exista esta acep- tación del padre por sus hijos”. “Yo entrevisté a algunas personas que, a partir de la ley, habían hecho trámites, habían hablado con la familia de sus padres y decían que era increíble que de manera legal fueran aceptados, pero en términos afectivos, incluso en términos de división de herencias, había una situación muy compleja de una negativa, una negación. Decían: ‘uno no “Lo que ha habido es un desmantelamiento de todos esos sistemas antiguos de protección, y ahora, con la pandemia, queda más que claro que ese desmantelamiento nos ha dejado arrojados a esta situación en la cual el desamparo es muy grande”. tiene el estigma del huacho, pero la vivencia del huacho queda per se ’. Hoy estamos viviendo una situación bastante generalizada de huacharaje en nuestro país. Siento que, de alguna manera, la pandemia y todo lo que estamos viviendo ha generado una sensación de orfandad, de desvalimiento, de soledad incluso, muy, muy fuerte. Si tomas estos hilos, relacionados con esa construcción de familia fisurada (me refiero a los afectos) que tenemos en Chile, y lo aplicas a la pandemia, puedes concluir que somos un país doblemente huacho en este momento”. —¿Se trata de una sensación de orfandad que viene de la falta de protección o provisión de recursos desde el Estado o tiene que ver con nuestro modelo más pro- fundo de sociedad? Creo que está totalmente relacionado con un modelo de sociedad, con estos modos tan profundos que tenemos de constituirnos como sujetos en este país. Eso es una mar- ca colonial, de clase, de todo tipo. Siento que ese desvali- miento y esa desprotección tiene que ver con un modelo que hemos construido y aceptado hasta ahora, que es este modelo neoliberal instalado desde la dictadura, un modelo de ráscate con tus uñas, "emprende", compite y gana. Lo que ha habido es un desmantelamiento de todos esos siste- mas antiguos de protección, y ahora, con la pandemia, que- da más que claro que ese desmantelamiento nos ha dejado arrojados a esta situación en la cual el desamparo es muy grande. Es una orfandad de narrativa, orfandad de ritos, de ceremonias, de comunidad de parte del mundo oficial. La sociedad civil se ha reorganizado, no tan fuertemente, pero hay ciertos hilos, y lo que quiere, justamente, es combatir esa orfandad. Por ejemplo, la misma olla común, si tú la piensas en términos de lo que es el intento de lo colectivo, de protegernos. ¿Por qué tú no querrías apoyar la sobrevi- vencia de tus hijos e hijas? La misma pregunta se hace acá: ¿por qué tú no querrías transformar determinadas estruc- turas que dejan a todo el resto de las personas de nuestra sociedad en esta situación de desvalimiento? 59

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