Palabra Pública N°19 2020 - Universidad de Chile

La llegada del virus nos exigió reorientar temporal- mente capacidades, como antes lo hicimos para hacer frente a la crisis medioambiental. La emergencia climática requiere ser abordada desde la evidencia y por ello la co- munidad científica nacional, con más de 600 investiga- dores e investigadoras, logró vincularse y llevar su sello a la cumbre de acción climática COP25. Desde ahí fuimos enfáticos: la ciencia no es negociable. En lo político-social, este primer año también ha estado marcado por tensiones y cambios donde la in- vestigación en ciencias sociales y humanidades es fun- damental para la comprensión de los múltiples fenóme- nos que han configurado el escenario actual. Nuestro entorno se ha transformado en un espacio complejo, impredecible y dinámico, que requiere de nuevas for- mas de análisis y miradas. En cuanto al desafío que significa contribuir desde este ministerio a la reactivación económica, tenemos cla- ro que nuestro rol es poner el conocimiento al centro del desarrollo. Sólo una economía basada en el conocimiento nos permitirá abordar las actuales complejidades con vi- sión de largo plazo. El reto de la recuperación tiene que lograr atender las urgencias de hoy, pero con mirada de futuro. Nuestra agenda de innovación y emprendimiento tiene esa perspectiva, y a través de programas como Start Up Ciencia y Retos de Innovación de Interés Público, buscamos promover el surgimiento de nuevas empresas de base científico tecnológica y hacernos cargo de nece- sidades del sector público que encuentren soluciones a través de propuestas de innovación y emprendimiento. El mismo objetivo con programas como Ciencia 2030, Ingeniería 2030 y el Fondo de Innovación para la Edu- cación Superior, que apuntan a mejorar estas capacida- des en nuestras universidades. Este primer año ha sido un periodo de abrir cami- nos, de establecer nuevas maneras de hacer las cosas y, por cierto, de profundos aprendizajes. Tal vez el más importante de ellos fue resignificar la importancia vital de la articulación frente a desafíos que son urgentes e ineludibles. La vinculación entre la academia, el Estado, el sector privado, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y las redes internacionales permitió es- tablecer una nueva manera de conectar el conocimiento con su aplicación. Esta vinculación, y así lo ha demostrado el Co- vid-19, tiene muchas formas de materializarse a través de la articulación que se genera con el aporte de distintos actores disponibles para atender, de forma coordinada, las distintas urgencias en distintos escenarios. Este espíritu de colaboración es central en nuestra visión como Ministerio de Ciencia. Una visión que busca poner en valor el conocimiento y la cooperación en beneficio de la sociedad y de una economía sosteni- ble y responsable con el medio ambiente. Confiamos, finalmente, en que a través del desarrollo de nuestro talento y el despliegue de sus capacidades en distintos ámbitos de nuestra sociedad, podremos construir un mejor futuro para todos y todas en Chile. “En cuanto al desafío que significa contribuir desde este ministerio a la reactivación económica, tenemos claro que nuestro rol es poner el conocimiento al centro del desarrollo. Sólo una economía basada en el conocimiento nos permitirá abordar las actuales complejidades con visión de largo plazo”. ANDRÉS COUVE Doctor en Biología Celular de la Mount Sinai School of Medicine de Nueva York, Estados Unidos. Es especialista en neurociencia y actualmente se desempeña como ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación del Gobierno de Chile. 32

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