Palabra Pública N°17 2020 - Universidad de Chile

Sin olvidar la labor esencial de las ciencias biomédicas para enfrentar la actual pandemia por Coronavirus, el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile y director alterno del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia pone énfasis en el trabajo transdisciplinario que debería caracterizar el abordaje de una crisis que no sólo es sanitaria, sino también estructural. El Covid-19, dice, “es el mejor ejemplo de una enfermedad social”. FLAVIO SALAZAR: —L as y los especialistas han puesto el acento en la relevancia de aplanar la curva, es decir, más que evitar el contagio a toda costa, evitar que nos enfermemos todos al mismo tiempo, pues el sistema de salud po- dría colapsar. ¿Cree que las medidas que han tomado el gobierno y las autoridades hasta ahora aseguran que estemos aplanando la curva? Creo que es la pregunta de toda la gente, desde el ciudadano común y corriente hasta los expertos. Se- ría contrario a lo que yo pienso ser tajante y decir “sí, lo está haciendo completamente bien” o decir “com- pletamente mal”, porque para tener certezas hay que manejar todos los datos. Esa complejidad de datos tiene que ver no sólo con el número de ca- sos detectados y la cantidad de muer- tos en un día determinado, sino que también con el nivel de detección que tenemos, la cantidad de pruebas que ENTREVISTA POR JENNIFER ABATE C. “ESTA PANDEMIA DESNUDA LA INCAPACIDAD DE LOS ESTADOS LIBERALES PARA ARTICULAR SOLUCIONES INCLUSIVAS” se hacen en las personas, la distribución geográfica, la distribución etaria, o sea, una serie de elementos con los que no cuento como para poder ser tajante y decir hoy, a fines de marzo de 2020, qué es lo que se nos viene. Ahora, lo que ha pasa- do, a nivel mundial, es que en una primera etapa muchos gobiernos han mirado este problema con un interés insuficiente, y poco a poco la voz de los científicos, expertos, clínicos, ha ido dando la razón: esto es un problema grave que afecta a una gran cantidad de personas y que tiene efectos catastróficos como los que ha tenido en países como Italia, España y Estados Unidos. —En este contexto, uno de los temas que ha emergido con fuerza es el peso que debería tener la voz de científicos y científicas asesorando a la autoridad política. ¿Cuál es su evaluación de la interacción que ha te- nido el mundo científico con el mundo de la política a la hora de tomar decisiones? Esta crisis nos toma en una situación de precariedad en esta área. Duran- te mucho tiempo hemos estado discutiendo sobre la importancia de generar inversiones en ciencia y tecnología, con un presupuesto que fuera más allá del 0,38% del PIB actual y que nos pusiera en el nivel de los países de la OCDE y que esto repercutiera en la masa crítica, en los proyectos de investigación, en las capacidades humanas y tecnológicas. Eso no se hizo y, lamentablemente, hoy, si bien contamos con una masa crítica de investigadores muy comprometidos (ha habido una gran respuesta de parte de muchos científicos a lo largo de todo el país, de todas las universidades y centros de investigación), tenemos una preca- riedad enorme porque no contamos con una institucionalidad suficientemente robusta como para afrontar un problema de esta envergadura. 52

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