Palabra Pública N°17 2020 - Universidad de Chile

T odo hacía esperar que la discusión sobre el cam- bio climático fuera la gran protagonista del 2019 y que Chile tuviera un lugar principal como sede de la COP25, a la que asistiría la adolescente ac- tivista GretaThunberg, elegida como persona del año por revista Time. Sin embargo, el estallido social que comenzó el 18 de octubre cambió radicalmente el escenario. El gobierno debió enfocar sus prioridades ha- cia la contención de las manifestaciones y el gran encuen- tro mundial del cambio climático terminó moviéndose a la ciudad de Madrid, al igual que el barco que traía a la joven sueca tomó rumbo hacia el Atlántico. Eso no fue todo. La aparición del Covid-19 y su rápida expansión volvieron a cambiar las prioridades, ahora mun- diales, y la urgencia del calentamiento global deberá otra vez esperar su turno en la lista de desastres inminentes. Para Maisa Rojas, climatóloga y directora del Centro de Ciencias del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Univer- sidad de Chile, ambos fenómenos no dejan de estar rela- cionados. “Tanto la pandemia como el cambio climático son manifestaciones de la misma crisis humana, son el re- sultado de la mala relación que tenemos con el planeta”, afirma. “Si comparamos el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad con la pandemia, nos parecerán crisis menos agudas, porque nada antes nos había obligado tan drásticamente a pararlo todo en un mes, pero el año pa- sado, la crisis del cambio climático nos estaba mostrando eventos extremos muy dramáticos y evidentes, como los in- cendios en Australia y las radicales olas de calor en Europa. También en Chile, llevamos 10 años con una mega sequía en la zona centro-norte, entonces, claro, comparado con la pandemia, esto nos parece algo lento, pero hoy tenemos claro que esos eventos extremos que ya hemos presenciado se van a intensificar tanto en duración como en frecuencia y magnitud. Es esencial que actuemos desde ya”. La académica del Departamento de Geofísica de la Fa- cultad de Ciencias Físicas y Matemáticas fue quien lideró el comité científico que apoyó la presentación de la minis- tra Carolina Schmidt en la COP25. La instancia tuvo un desarrollo complejo, con resultados que fueron calificados de insuficientes. “Mi evaluación de ese encuentro es que la negociación internacional es súper compleja y lo hubiese sido para cualquier país que hubiese tomado la presidencia. No creo que Chile lo haya hecho particularmente mal. En rigor, si lees los diarios después de cualquiera de estos en- cuentros, la evaluación siempre es más bien negativa, por- que finalmente no hemos logrado resolver el problema”. Hoy, el escenario para el cambio climático es aún más complejo, ya que la prioridad principal, por lo pronto, es frenar la expansión del Covid-19, aunque Rojas asegura que la convención de marco del cambio climático sigue ac- tiva, mientras que la COP26 sufrió ya un aplazamiento y no será realizada en noviembre de este año, sino a inicios de 2021, en Glasgow, Reino Unido. —De cara a este nuevo encuentro mundial del cam- bio climático, ¿en qué posición se encuentra Chile hoy? En la última COP, los países quedaron en actualizar sus compromisos, los que deben ser más ambiciosos con respecto a los que ya entregaron en 2015. El compromiso fue entregarlos durante el 2020 y antes de la COP26, y como ahora la COP26 se movió, no está claro si se alarga- rá el plazo para entregar estos nuevos compromisos, pero dentro del plan de trabajo los países tienen que actuali- zarlos y elaborar estrategias de largo plazo con miras al 2050. Chile está muy bien porque logró, a fines de marzo, entregar ese documento tal y como lo había anunciado en diciembre. Además, el documento es ambicioso y ha sido muy bien evaluado a nivel nacional e internacional por una serie de elementos que apuntan a lograr altos índices de carbono neutralidad. La llamada Contribución Determinada a Nivel Nacio- nal (NDC), documento que menciona Rojas, tiene como uno de los compromisos centrales la meta de la carbono neutralidad para el 2050 en seis ejes de acción: industria y minería sostenible (25%), producción y consumo de hi- drógeno (21%), edificación sostenible de viviendas y edifi- cios públicos-comerciales (17%), electromovilidad, princi- palmente de sistemas públicos (17%), retiro de centrales a carbón (13%), una de las principales medidas habilitantes, y otras acciones de eficiencia energética (7%). En mitiga- ción, Chile se comprometió a un presupuesto de emisio- nes de gases de efecto invernadero (GEI) que no supere las 1.100 MtCO2eq (medida de dióxido de carbono) entre el 2020 y 2030, con un máximo de emisiones (peak) de GEI al 2025, y a alcanzar un nivel de emisiones de GEI de 95 MtCO2eq al 2030. Además, propone una reducción de al menos un 25% de las emisiones totales de carbono negro al 2030, con respecto al 2016. Por su parte, Maisa Rojas presentó una conferencia en el Congreso Futuro de enero pasado, donde enfatizó la im- portancia de cumplir con el objetivo del Acuerdo de París, que es mantener el aumento de la temperatura media mun- dial muy por debajo de 2°C y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C. “Medio 50

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