Palabra Pública N°17 2020 - Universidad de Chile

bién aparecerían variantes como el steampunk, de contenido retrofuturista porque suele mirar con ironía épocas pasadas, o el biopunk, donde la trama se centra en los avances de la bio- tecnología, ya sea en el futuro o en el pasado. “No soy experta en ciencia ficción, nunca me ha llamado mucho la atención, pero justo hace unos días hice una encuesta por redes sociales y me recomendaron mucho ver la serie West world y me retaron porque nunca había visto Blade runner ”, cuenta la autora de Reinos , Romina Reyes (1988). “Creo que en la medida en que sentimos todo mucho más apocalíptico, sen- timos también una cercanía mayor con la ciencia ficción. A mí me pasa que tal como el estallido social, lo de la pandemia nos vuelve a poner en un clima de incertidumbre total, ni siquiera sabemos si esta situación se va a acabar o simplemente esta es la nueva realidad. Siento que la literatura está en pana y no sé si mis amigos, compañeres, editores, libreres, saben qué hacer, yo espero que sí”, agrega Reyes. Sin ser un fanático, el escritor, periodista y editor Diego Zúñiga (1987) llegó a la ciencia ficción por lecturas menos clá- sicas, como las novelas del argentino Marcelo Cohen, que crea universos temporales difíciles de definir, y los ensayos cultura- les del británico Mark Fisher, donde mezcla política radical y cultura. “Estos autores me hicieron pensar en cómo la ciencia ficción y otros géneros afines hablaban del presente mejor que muchas novelas que se pretendían actuales. Hay una libertad en el género que les permite a ciertos escritores abordar lo po- lítico de una manera más inteligente”, dice el autor de Racimo . “Creo que justamente un contexto como el que estamos vi- viendo puede hacer que los lectores y escritores más afectos al ‘realismo’ puedan descubrir que la ‘realidad’ era más compleja de lo que pensaban, y que muchas de esas complejidades ya las habían trabajado hacía años autores como Philip K. Dick o J. G. Ballard. Me gustaría pensar que un escenario como el que estamos viviendo, al menos desde el lugar que estamos comen- tándolo, abrirá la cabeza de quienes escriben y leen”. En cuanto a lo que vivimos hoy, que es la aún inevitable pro- pagación del Covid-19, los escritores apuestan por cómo seguirá actuando la ciencia ficción en un contexto de permanente crisis. “Se puede profundizar algo más en lo del Covid-19, en posibles cambios o mutaciones, pero también es factible, y a mí perso- nalmente me atrae más, que se puedan agregar nuevas proble- “La ciencia ficción da cuenta, a la manera de metáfora, con más precisión de lo que ocurre a nuestro alrededor que otros géneros. A veces me parece que es un símil al mundo de los sueños, que a través de imágenes y metáforas, refleja narrativamente el estado de nuestra psique”, dice Jorge Baradit. máticas a nivel de género, como en el biopunk o postbiopunk, en donde la raza humana aprendió con dolor lo que sucedió, tomando medidas de todo tipo o que la tragedia quede en el olvido y volvemos a lo mismo otra vez”, plantea el escritor de ciencia ficción Armando Rosselot (1967). En 2018, él mismo abordó el tema en su no- vela El orden : tras una pandemia programada, el mundo sucumbe y se abre un portal en el espacio tiempo donde se establece un nuevo orden en manos de seres alienígenas. “Lo principal de la historia es la redención y sacrificio del personaje principal: un hombre lleno de dudas y miedos”, explica Rosselot, quien este año publica El la- berinto de Margot y Eva , el final de su tetralogía 8128 , ambientada en un futuro ultra tecnolo- gizado y protagonizada por un niño que tiene poderes telepáticos. “Para mí, lo lógico es que en esta nueva era se ahonde más en cómo ha cambiado la manera en que los seres humanos piensan y viven, de su interacción con lo que los rodea, el víncu- lo con lo divino, su fragilidad como organismo viviente (y también en lo social) y los nuevos horizontes; tal vez sea una especie de nueva new age ”, dice Rosselot. La escritora Francisca Solar prefiere esperar y sorprenderse con lo que la ciencia ficción pueda deparar, sin embargo, apuesta por más libros so- bre pandemias, seguro. “Las plagas, epidemias y catástrofes sanitarias siempre han sido un tema atractivo y seguirán siéndolo. Sin duda, habrán muchos queriendo contar experiencias extraordi- narias vinculadas al Coronavirus, pero como la crisis de Covid-19 ya es una realidad presente, deja de ser territorio de la ciencia ficción, que se preocupa por el futuro. A la rápida, pienso que veremos bastante de nuevas enfermedades y otros tipos de control de población, nuevas dinámicas sociales a partir de reglamentos sanitarios mun- diales, cambios drásticos en los ecosistemas y los siempre bien ponderados escenarios pre y posta- pocalípticos”, agrega Solar. “En todo caso, si logramos sobrevivir a la pan- demia, no hay que olvidarse de que ya estábamos en una crisis brutal, entonces creo que desde antes había que pensar en qué libros se escribirían ahora, después de lo que estábamos viviendo”, dice Diego Zúñiga aludiendo al estallido del 18 de octubre pa- sado que cambió para siempre el contexto social. “No se trata, por supuesto, de que ahora uno tenga que escribir ‘la novela sobre el estallido social’ o ‘la novela sobre la pandemia'. Sólo creo que estas experiencias nos han cambiado como personas, y eso, inevitablemente, se traducirá de alguna u otra forma en lo que escribimos, en lo que pensamos, en la forma en que leemos”. 38

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