Palabra Pública N°15 2019 - Universidad de Chile

inicio de una fase diferente, en la que el neoliberalismo y la democracia repre- sentativa simplemente no se necesitan entre sí o, más bien se contraponen; en el que la globalización hace resurgir los nacionalismos autoritarios y sus degeneraciones xenófobas y neofascistas, y en el que el calentamiento de la atmósfera, así como la revolución tecnológica, producen tanta incertidumbre como movilización social. ¿Será este el contexto en el que la aparición de alternativas sociales se hace posible? La producción de vastas capas sociales de “perdedores” de un capitalismo global que insis- te en reducir el rol del Estado en áreas como la educación y la salud, ha generado la aparición de un nuevo populismo reaccionario. Persona- jes como Trump, Bolsonaro, Urban o Putin han acudido a llenar el vacío político y a responder a la indignación de los “perdedores”, utilizando un discurso de nacionalismo autoritario, de xenofo- bia, de ataque a los organismos internacionales y a las reglas del sistema global. Bruscamente, he- mos visto la aparición de líderes que no intentan apagar el miedo de los perdedores “con autori- dad legítima y apoyo estatal, sino con palabras de odio y resentimiento”. Ninguna institución actual sufrirá más del em- bate de estas tendencias que la democracia repre- sentativa, cualquiera sea la forma democrática que ella adopte. El gemelo abandonado en el Muro de Berlín se ve ya acosado en un mundo sin reglas, donde la tecnología genera mundos tan alterna- tivos como efímeros, y la acumulación de riqueza y poder escapa absolutamente los espacios nacio- nales. Los intentos actuales de líderes populistas de manipular mediante ataques cibernéticos las elecciones en otros países, de acabar con la autonomía de los poderes del Estado y de justificar la convenien- cia de una democracia “iliberal” es sólo un anuncio de lo que vendrá, cuando la velocidad de los acontecimientos de los mercados, los desplomes financieros o las catástrofes naturales “obliguen” a los gobiernos a buscar la adhesión inme- diata de las poblaciones. En este marco, otra visión de la sociedad no sólo es posible, sino que parece obligatoria. Hay sectores en las izquierdas del mundo y también en la chilena que comienzan a visualizar el proceso creativo que implica hacer una propuesta que congregue a las mayorías tras una nueva forma de sociedad. “(…) el fin de la Guerra Fría desencadenó una ideología nueva, distinta a todo lo que el capitalismo había producido ideológicamente hasta entonces, un tipo de individualismo que además de ‘posesivo’, como lo concibiera la transición del liberalismo desde Hobbes a Locke, se apoderó de la sociedad premunido de un economicismo que no soñó ni el más materialista de los filósofos decimonónicos”. 48

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