Palabra Pública N°15 2019 - Universidad de Chile

E l primer libro de María Moreno que se publicó en Chile fue Teoría de la noche, en marzo de 2011, por Ediciones UDP, y me atrevería a decir que no apareció ninguna reseña ni entrevista a su autora durante los meses que siguieron a su publicación. No hubo crítica, no hubo lectura pública, no hubo recepción, no hubo aviso de que esta antología de la obra de Moreno —quizás el libro perfecto para entrar en su escritura, en su mundo, en su voz—, se había publicado en Chile. La suerte editorial de María Moreno fuera de Argentina iba a ser, du- rante muchos años, complicada hasta que apareció Black out (Literatura Random House) en 2016: el retrato feroz de una generación —los 60, los 70— a la que se le fue la vida discutiendo sobre literatura y política, mien- tras se bebían hasta el agua del florero y María Moreno sobrevivía para contarlo: la historia de sus amigos, de sus contemporáneos, pero también la de ella: sus resacas, sus amores, sus muertos. Ese libro iba a cambiarlo todo, o casi todo. Aunque una frase así de sentenciosa a ella le daría risa, pues en realidad su trayectoria literaria siempre ha estado muy ajena a cualquier sentencia y a cualquier idea de carrera, y se ha mantenido en una incertidumbre profundamente literaria: lejos del mercado, lejos del canon, muy cerca de las palabras, del goce que puede surgir en la escritura, de lo político entendido como esa sintaxis única que se inventó para indagar en su memoria y en la me- moria de los otros: política, disidente, feminista, incómoda, gozosa. Ese silencio crítico que hubo aquí hacia Teoría de la noche se terminó redimiendo, en alguna medida, cuando se publicó Black out y de pronto parecía que todo el mundo había descubierto a María Moreno. Columnas, entrevistas, reseñas, mucho entusiasmo y asombro de que una escritora tan singular hubiese pasado algo inadvertida por estos lados. Nadie se acordó de Teoría de la noche, sin embargo. No es de extrañar: se leyó Black out como si fueran lite- ralmente unas memorias, y no ese artefacto inclasificable, hermoso y terrible que es. Tampoco es de extrañar: una parte importante de Black out se publicó, por primera vez, en Teoría de la noche, pero nadie se dio por enterado. Ocho años después de que apareciera esa antología, es decir, en junio de 2019, la redención iba a ser un poco más bullicio- sa, pues se le concedería el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas por el conjunto de su obra. Es la primera vez que se premia su trabajo fuera de Argentina, y quizá debía ser así y sólo así para empezar a cerrar el círculo: Teoría de la noche, el Pre- mio Manuel Rojas y un vínculo con Chile que ha estado cruzado por viajes, lecturas y complicidades. *** Se llama María Cristina Forero y nació en un año que no aparece en ninguna de las solapas de los doce libros que viene publicando desde los 90, cuando debutó con El Affair Skeffington (1992), una novela alucinante en que inventa un personaje, una voz, una biografía: la poeta vanguardista Dolly Skeffington y el hallazgo de sus manuscritos. Su primer libro iba a ser, entonces, su única ficción . Aunque decir eso sería traicionar su proyecto o leerlo como lo haría un funcionario: las etiquetas, las clasificaciones no sirven para entrar en la escritura de María Moreno. Lo que exige es goce y una actitud crítica, vital; lo que exige es entender la literatura como un ejercicio que se desborda continuamente. Y en ese sentido, su bibliografía es ejemplar: desde El petiso orejudo (1994) —esa investigación “Creo que me he vuelto más legible para una economía de lectura actual y me tocó la pata de conejo de la suerte. Tengo la impresión de que mis lectores no suman, constituyen tribus diferentes: las feministas de cierta edad, los jóvenes medio punk, los lectores de un periodismo de opinión que aún desean un cacho de estilo, sin duda los borrachos…” 10

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