Palabra Pública - N°10 2018 - Universidad de Chile

década de 1980. Sin embargo, esta forma de in- corporación de las mujeres al sistema productivo implica, por una parte, el aumento de la carga de trabajo, sumando una jornada en el trabajo for- mal sin reducir las labores de cuidados asignadas como labores no valoradas social y económica- mente. Por otra parte, el aumento de cobertura educacional e ingreso masivo de mujeres a la edu- cación superior han demostrado el fracaso de una promesa de integración social cuando se ha hecho a costa de mayor precarización de la vida. Esto, debido a que la masificación de la educación se ha sostenido en instituciones con proyectos educati- vos débiles, regidos por las lógicas del mercado y fines lucrativos. De hecho, son aquellas instituciones las que mayor cobertura han entregado a la demanda educativa de las mujeres que aspiran a ingresar al campo laboral formal en carreras de bajo costo de implementación y bajas expectativas de remuneración, debido a que se relacionan a las características asociadas a lo feme- nino, como los cuidados, la sensibilidad y la creati- vidad, representadas en las pedagogías, el cuidado sanitario, carreras humanistas y artísticas. Es decir, “A pesar del ingreso masivo de mujeres a la educación superior, el sistema educativo se mantiene como un espacio que reproduce culturalmente los roles de género que son base de la división sexual del trabajo y que la movilización estudiantil feminista ha venido a cuestionar”. labores imprescindibles para la sociedad pero menos valoradas en el mercado, que sin duda vienen acom- pañadas de una deuda por estudiar que perseguirá la vida profesional por años e incluso décadas. A la vez, a pesar del ingreso masivo de mujeres a la educación superior, el sistema educativo se mantie- ne como un espacio que desde la temprana infancia reproduce culturalmente los roles de género que son base de la división sexual del trabajo y que la movi- lización estudiantil feminista ha venido a cuestionar. Nuevamente, entonces, la sociedad movilizada hace un llamado a transformar la educación, lo que requiere de una profunda revisión del sistema actual y las reformas de la última década a raíz del movimiento de secundarios y universitarios el 2006 y 2011. Estas movilizaciones pusieron en cuestión la privatización de la educación en todos los niveles, que a fin de cuentas guía la educación y construye la sociedad en pos de los intereses empresariales, elemento que se ha visto amena- zado por la presión social y que, sin embargo, las reformas emprendidas por los dos gobiernos de Michelle Bachelet han mantenido. P.55 Dossier / Nº10 2018 / P.P.

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