Palabra Pública - N°10 2018 - Universidad de Chile

“ El sujeto del rendimiento es un esclavo absoluto, encarna la autoexplotación voluntaria que “elige” su esclavitud. Responde al ideal de autosuficiencia que el neoliberalismo le susurra desde dentro, logrando que en el trabajador se hagan indistinguibles amo y esclavo, capitalista y proletario, empresario y ejecutivo, en la figura del emprendedor”. “Así la tonalidad afectiva del neoliberalismo es la depresión, esta vez mediante el imperativo de la iniciativa personal. Bajo el sino del rendimiento; el sujeto sufre -de modo silente- su fracaso”. crea una sociedad del cansancio , un can- sancio que nos aísla y separa, instalando violencias que destruyen a la comunidad, la sociedad del cansancio es también la sociedad del dopaje. Esta anatomía de la actual y mundial socie- dad del cansancio y de su sujeto autoexplo- tado tiene como soporte filosófico un pun- to de vista que si bien puede vincularse a visiones críticas contemporáneas del sujeto y la sociedad, como la que nace con Heide- gger, o de otras versiones de fenomenología hermenéutica como las de Levinás o inclu- so Arendt, también está profundamente ligada en el pensamiento de Byung-Chul Han al conocimiento y comprensión de la tradición del budismo zen. En su temprana obra y quizás la más in- teresante filosóficamente, Filosofía del budismo zen - publicada en alemán el 2002-, Han confronta derechamente las bases metafísicas y prácticas del mundo occidental, apuntando hacia la gramática ontológica desde la que comprendemos al sujeto y la sociedad en occidente. Esto lo logra confrontando a autores clásicos, incluso contemporáneos y especialmente Heidegger, que siempre está presente, al budismo zen. Aparece aquí un contraste notable y muy nítido entre oriente y occi- dente en las ideas de Dios, de sujeto y del habitar de ese sujeto en el mundo. *Pedro Mellado es Doctor © en Filosofía por la Universidad de Chile, actualmente está realizando su tesis doctoral que incluye el pensamiento de Byung-Chul Han. María José López es Doctora en Filosofía del Derecho, Moral y Política por la Universidad de Valencia y profesora asistente del Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. Para el budismo zen, no se trata de ma- tar a Dios, ni siquiera de los filósofos que persisten más allá de las declaraciones de Nietzsche. Sino de una religión sin Dios: no cree en un Dios sujeto o sustancia, sino en ese vacío metafísico que encarna Buda, que no es carencia ni falta, sino todo lo contrario, un modo pacífico de ser de todo lo que es, que no excluye ni violenta nada. Hay también una experiencia humana en el budismo zen, que como en la filosofía occidental contemporánea, aunque de manera más radical, busca des-interio- rizarse y desprenderse de sí mismo, per- diendo su narcisismo, activismo, centra- lismo. Se trata de un “nadie” más que de un “alguien” que ya no tiene, no persiste, ni tampoco quiere. La meditación zen, a diferencia de la meditación para Descar- tes, no redescubre y resignifica el yo, sino que se desprende de él. Desde el recate de Han, el budismo zen afirma la confianza originaria en el aquí y en el mundo, un espíritu cotidiano que constituye un giro práctico hacia la inmanencia, la aparición de la risa. El tiempo sin preocupación, sin cuidado (versus Heidegger). El espíritu coti- diano, que parece guiar la experiencia, encuentra en este vacío el medio de la amistad. Desde un corazón que ayuna, no hay apetito, ni persistencia, ni vo- luntad, sólo un mundo sin sujeto, que tampoco habita, un peregrino que nun- ca regresa, que transita y se confunde con todo lo que es. El lenguaje de este peregrino que nunca es huésped y nun- ca anfitrión es la amabilidad. Una ama- bilidad arcaica, elemental, inútil, que no persigue nada. No se busca el en- frentamiento ni la lucha que nos lleven a la individualización o la acción, no se trata de ser un yo ante un tú, ni de avanzar, ni de conquistar. En cambio, el peregrino y su corazón que ayuna más bien observa, se ríe y sigue su camino desde una apertura a la experiencia que tiene mucho, vale la pena recordarlo, de callejera. P.29 Nº10 2018 / P.P.

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