Palabra Pública - N°10 2018 - Universidad de Chile

a esa hora ya estaba en las calles de todo el país, que la escuchaba atentamente. No se movía ni el viento. Lospennato cerró más de veinte horas de argumentos, aplaudida por partidarios y opositores: “Tenemos la posibilidad de modificar una ley de cien años, reflejar los avances de los derechos de las mujeres que se han producido. Ninguno de nosotros es el mismo que era antes de empezar este debate. Todos atravesamos un proceso de profundo aprendizaje, de eso no hay vuelta atrás, porque pudimos nombrar el dolor que significa el aborto en nuestro país, un dolor que se confunde con la culpa, la criminalización y la desigualdad. Cientos de mujeres se animaron a contar la soledad que vivieron de manera clandestina, hoy la sociedad argentina no es la misma. Se buscó en el debate hacernos creer que estamos discutiendo aborto sí, o aborto no. Lo único que venimos a hablar es de aborto legal o clandestino. Dijeron que quieren salvar las dos vidas. Es una falacia. Lo que quieren es forzar a una mujer a ser madre”. Ca- lle y Congreso parecieran saber que ahora, justo ahora, se construye la historia. “En la memoria –continuó- de Carmen Argibay, de Dora Coledesky y Lohana Ber- kins, de Veronica Barzano. A las sororas, esta multipar- tidaria de mujeres que llegó para quedarse en la política argentina, unidas en las diferencias pero siempre a favor de las mujeres. A las mujeres en sus casas, a nuestras madres y nuestras hijas. Que el aborto sea legal, segu- ro y gratuito. Que sea ley”. Votan en Buenos Aires. Y “la media sanción de la ley” es aprobada. Será ley. Al minuto, lágrimas, gente que se suma, la cabecera se vuelve verde, los pañuelos se alzan en triángulo y sigue caminando. Argentina decide abrazar la Revolución de las Hijas. Y no sólo Argentina: el verde de las hijas co- mienza a teñir el continente. P.13 Nº10 2018 / P.P.

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