Palabra Pública - N°9 2018 - Universidad de Chile

de todas las ramas [….] no lográndose identificar acciones de reconocimiento y de reflexión crítica sobre tales hechos” (Ibid.). A estas debilidades se suma una muy importante: la calidad de los profe- sores, que muestran poco interés o con- vencimiento en el tema. Con todo, es alentador que se haya de- sarrollado un diálogo entre el INDH y las Fuerzas Armadas, con vistas a mejo- rar y profundizar este tipo de formación. Producto del citado estudio, el INDH hizo una propuesta de programa de en- señanza, que se orientara a concentrar y visibilizar más la temática de DDHH específicamente, en la misma dirección que antes, el 2000, había propuesto el General Cheyre como Comandante del Comando de Institutos Militares, seña- lando en un documento “la obligación de dinamizar, profundizar y marcar un fuerte centro de gravedad en nuestros procesos formativos en estas materias.” Pero la propuesta del INDH fue recha- zada, diciendo los órganos respectivos de las fuerzas armadas que estaba bien lo que ya tenían. Hay promesa en una continuada relación de diálogo y propuesta con el INDH, teniendo en cuenta su apuesta por “los nuevos enfoques de la Educación en De- rechos Humanos, que fortalecen la do- ble dimensión del personal uniformado: como garante de derechos, pero también como sujeto de derecho; dimensión que permite apropiarse de mejor manera del marco valórico de los derechos hu- manos”, y que permite también poner adecuada atención en las reglas y com- portamientos dentro de las instituciones en relación a sus propios miembros y la vulneración de derechos de que pueden ser objeto. La educación en DDHH es limitada y llena de formalismos. Pero hay una pla- taforma establecida, especialmente en el Ejército, que pudiera permitir avanzar. Esta plataforma consiste en la acepta- ción de la necesidad de la formación en DDHH y en la presencia del tema en diversos escalones de formación en la Es- cuela Militar y la Escuela de Suboficiales, y varios otros cursos necesarios para el as- censo de los oficiales. Una gran palanca puede ser la incorporación de objetivos y tareas en este plano que hizo el Plan Nacional de Derechos Humanos. Darle consistencia, profundidad y especifici- dad a la formación en DDHH, aparte de su relación con la experiencia nacional de violaciones, es una tarea que requiere de decisión y voluntad política. Conspiran contra esto la autonomía que mantienen las Fuerzas Armadas, entre otras, en la esfera educativa, y la falta de voluntad política y capacidad institucional desde el Ministerio de Defensa. Aquí ha pre- valecido una auto inhibición sistemática y falta de liderazgo, desde la posición del ministro, como se vio en estos últimos años, que reflejan una claudicación en favor de la acomodación, para “no hacer olas”, en desmedro de una visión orien- tada a contribuir desde un sector clave a la verdadera democratización del país y a una modernización de las Fuerzas Arma- das y los sistemas de liderazgo civil. “A diferencia de Carabineros y la Policía de Investigaciones, ninguna de las ramas de las fuerzas armadas registra visitas al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos”. P.16 P.P. / Nº9 2018

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