Palabra Pública - N°9 2018 - Universidad de Chile

se crean las convenciones, los tribunales internacionales, etcétera; y convencer. Durante los primeros 45 años se puso el énfasis en obligar”, relata. Esto, hasta la Conferencia de Viena, en 1993. “Ahí se dan cuenta: ‘Uy, parece que se nos olvidó una parte’, que es la parte de convencer, y ahí está el rol que tiene la educación. Entonces se impulsa la educa- ción en derechos humanos”, explica Azúa. Chile venía saliendo de una dictadura y recién se comenzaba a hablar de derechos humanos de manera libre y transversal, con un debate centrado en los crímenes de lesa humanidad más que en la promoción de los derechos humanos. Con los años, progresivamente se ha ido entendiendo la importancia de este tema entre los distintos actores del sistema educativo y, por supues- to, también en algunas universidades, que han levantado centros de derechos huma- nos, cátedras y otras iniciativas en esa línea. Sin embargo, todavía se ven problemas de derechos humanos que tienen sus orígenes en la falta de formación de quienes toman decisiones. Por ejemplo, en 2004, Endesa inundó un cementerio indígena en Ralco al construir una central hidroeléctrica; en 2009, Codelco fue autorizada por la Super- intendencia de Medio Ambiente a empla- zar una central termoeléctrica en Puchun- caví, lugar ya saturado de contaminantes; y en 2017 falleció Joane Florvil, migrante, tras ser detenida y presuntamente tortura- da por un delito que no cometió. “Lo que uno puede pedirle a la Univer- sidad se lo puede pedir a la formación en general: una cosa es transmitir con- tenidos formales en derechos huma- nos, pero otra cuestión es cómo se ge- nera formación en derechos humanos, es decir, cómo nuestras prácticas son respetuosas de los derechos humanos. En las universidades muchas veces los ramos de derechos humanos son op- tativos, pero la Universidad no puede dejar de transmitir esos conocimientos mínimos a todos sus estudiantes”, dice Nash, y destaca la importancia de esto para las áreas de la salud, la ingenie- ría, las ciencias y la arquitectura, entre otras. “Porque ningún área del conoci- miento está ajena a la dignidad del ser humano”, concluye. P.13 Nº9 2018 / P.P.

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