Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos

43 En tercer lugar, un aspecto relevante para entender la función psicológica del juego es su naturaleza narrativa. La estructura narrativa es inherente a la praxis de la interacción social antes que el niño desarrolle la expresión lingüística (Bruner 1990). Mas recientemente, se ha planteado que los orígenes de la narrativa se encuentran en la inteligencia sensomotora innata de un cuerpo humano hipermóvil y que puede trazarse su ontogénesis en las primeras expresiones del movimiento. La planificación inteligente y la autoconciencia se evidencian en la forma narrativa de gestos y expresiones motoras: en las intenciones simples del movimiento fetal, en la imitación social del recién nacido, en las primeras proto-conversaciones, en el juego colaborativo entre pares y en la conversación entre niños y adultos. Después del nacimiento, las intenciones simples se van organizando serialmente en proyectos de creciente significación social y con fines cada vez más ambiciosos. Asimismo, los rituales compartidos de la cultura y las prácticas sociales se desarrollan a partir de una estructura psicomotriz de impulsos vitales básicos para la acción y el proceso generativo del pensamiento en la acción. De ahí que los impulsos de las más sofisticadas narrativas humanas derivan de algunos rituales y formas de juego en la infancia (Delafield-Butt y Trevarthen 2015). Por último, el rol de la música en el juego ha sido recientemente estudiado desde el punto de vista de los procesos psicológicos de autorregulación. Se ha descrito que la musicalidad comunicativa es parte fundamental de la relación niño-cuidador, y que esta se expresa a través de diálogos musicales en los que resulta esencial la responsividad de los participantes (Custodero 2009). Así, pues, se afirma que en el juego musical niñas y niños exploran, improvisan y crean sonido mediante vocalizaciones, movimiento rítmico del cuerpo y juego con objetos, posibilitando oportunidades para la interacción social (Marsh y Young 2007). El juego musical como una forma de juego simbólico, de este modo, contribuye a promover el desarrollo de la autorregulación, dada su naturaleza basada en reglas, el refuerzo de las habilidades autorregulatorias del uso del lenguaje y la regulación socialmente compartida en tareas conjuntas (Zachariou y Whitebread 2015, Zachariou y Whitebread 2017). Las líneas de investigación señaladas abren numerosas posibilidades para el diseño e innovación de prácticas pedagógicas.

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