La industria cinematografica chilena : desafios y realidades

III. LA DISTRIBUCION Y LA EXHIBICION DE CINE LA SALA DE CINE Y LA DIVERSIFICACION DE LOS CANALES DE DISTRIBUCION JOSE DAIRE. Director déla Empresa Distribuidora de Cine Compañía Nacional de Teatros (CONATE). Esta iniciativa la encuentro realmente extraordinaria y merece todo el apoyo de la gente que de una u otra manera hemos dedicado la vida a esta actividad que es el cine, actividad que pue­ de ser el medio de trabajo, pero a la que, además hay que tenerle amor para poder mantenerse en ella. Ojalá que nos pudiéramos mantener unidos, para llevar adelante auténticas realizaciones de un cine chileno, como se hizo en un momento de oro del cine entre 1964 y 1970. Nuestra empresa o nuestro grupo cinematográfico, atendiendo siempre a las inquietudes de los cinematografistas, formamos en aquel tiempo con mi querido amigo don Eduardo Trabucco una empresa para promover el cine chileno. Y yo mismo me llevé la sorpresa al comprobar que nuestra compañía, primero Continental Films, después Ercofilms y Conate, distribuyó 19 pe­ lículas chilenas. Quisiera no hablar ni decir palabras de buena crianza solamente, sino ir concretamente a lo que es este arte-industria, como muchos la han querido llamar. El cine es una industria en el fondo, aunque cada vez que se produce algo artístico es maravilloso y merece el aplauso de to­ do el mundo y más aún si es comercial, pero como industria, no es distinta a otras Es una in­ dustria compuesta de tres partes: producción, la parte más compleja, donde concurren una serie de elementos imponderables, costos físicos como el material, costos de tiempo como el laboral, pero está la maravilla que no está en otro producto, que es el costo intelectual, el costo intelec­ tual que reúne a cualquier expresión humana; reúne a un escritor, a un guionista, a un arquitec­ to, a un ingeniero, a un ingeniero de sonido, a un músico, a un pintor, y todos estos maravillo sos creadores están en la mano de una persona que está al frente, que es el director. El director da a luz una creatura que se llama una película; esa creatura, una vez que sale a la luz, es como cualquier elemento industrial, es un elemento físico que está ahí y necesita ser comercializado. El director o el productor no pueden ir con su película a golpear las puertas de cada cine, y el exhibidor tampoco tiene la capacidad de comercializar la película. Entonces se produce un intermedio inevitable, indispensable en cualquier país, de cualquier tipo de eco­ nomía que tenga, que se llama distribución. El distribuidor podría aparecer como un tipo que se aprovecha del talento o del esfuerzo que hace el productor y todos los componentes que con­ curren a la realización. Pero el distribuidor es un ente indispensable, es el que comercializa el producto. Para la producción de cualquier índole que ustedes quieran imaginarse, existe un dis­ tribuidor, una fábrica de fideos tiene un distribuidor, los discos tienen distribuidores. En cine ¿cuál papel cumple el distribuidor? Aquí en Chile, por ser un mercado pequeño, hay dos tipos de comercialización de la distribución: uno es con el producto extranjero, o ame­ ricano si quieren que yo sea más claro, y el otro a través de los independientes. Para el distribui­ dor independiente el producto que viene de afuera tiene tres formas para ser comercializado. Una fórmula es la que se envía la película al distribuidor sin costo de royalty, sin un mínimo garantizado de royalty, sin costo de copia, absorbiendo el distribuidor local el costo de fletes, derechos de aduana, gastos de publicidad, lanzamiento y contratación de los teatros. Ese es el papel del distribuidor en ese caso. En el otro caso, cuando el distribuidor, como la palabra mis­ ma lo dice, distribuye un producto, garantiza al productor un mínimum. Ese mínimum es un

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