La industria cinematografica chilena : desafios y realidades

II. BASES PARA UNA INDUSTRIA CINEMATOGRAFICA NACIONAL EL CINE INDEPENDIENTE IGNACIO AGÜERO. Director de Cine, Vice-Pdte. de la Asociación de Productores de Cine. Es probable que ninguna cosa que digamos y que ningún problema que tengamos sea muy nove­ doso respecto a la experiencia que lian vivido otros países Muchos países como el nuestro han vivido nuestros problemas, y muchos han podido enfrentarlos y contar con una cinematografía más o menos desarrollada Cuál es la única novedad: que estamos aquí reunidos, por primera vez en mucho tiempo, todos los sectores que tienen que ver con el fenómeno cinematográfico, y que en distinto grado tienen interés en su desarrollo en Chile y que se plantean en la perspec­ tiva de la industria. Esta es la novedad de la cual tenemos que sacar provecho. Me toca tratar el tema - bases para una industria desde la perspectiva del cine indepen­ diente, y sugerir modelos posibles de gestión empresarial. Hay que decir altiro que aquí tampo­ co es posible inventar nada nuevo. El modelo de producción, de gestión de una producción, es siempre igual, en todas partes. Siempre habrá una idea, un señor que pondrá la plata, alguien que la realizará, y alguien que tomará la película y la pondrá en una sala. Esto es así en cualquier tipo de producción y para cualquier denominación de cine: de au­ tor, independiente, industrial, marginal, cine pobre, etc. El asunto está en quién cumpla cada una de esas funciones y en qué condiciones para que la producción sea exitosa: es decir para que exista y luego sea vista masivamente. Es esto lo que tenemos que ver: en qué condiciones estamos y cuáles son las condiciones que tenemos que ir creando para avanzar hacia la indus­ tria, sobre la base de creer que la industria nos conviene a todos. A realizadores, escritores, p ro ­ ductores, actores, exhibidores. distribuidores, técnicos y al público. En qué condiciones estamos: Lo primero que yo diría es que tenemos cine. Poco, pero tenemos. Me toca hablar desde la perspectiva de este cine, que se le llama independiente . Esto ya suena un poco falso. Porque el cine que se conoce como independiente es aquel que por diver­ sas razones se ha marginado de la industria De manera que si tuviéramos un cine independiente del cual hablar, ya estaríamos muy avanzados. Lo que nosotros tenemos son algunos cineastas que hacen algunas películas y que al hacerlas asumen todos, o casi todos los roles que en la in­ dustria están separados y son especializados. Lo que ocurre es que a partir de algún tiempo den­ tro de los últimos doce años, hay más cineastas, se hacen más películas, hay más guiones por filmar, hay más proyectos: en definitiva hay una mayor presión natural por industrializar la producción cinematográfica, independientemente de lo que los realizadores piensen sobre la in­ dustria. Esta presión es la que explica de alguna manera la realización de este primer encuentro, y entre otras cosas, el hecho de que muchos de nosotros estamos financiando la construcción de una sala para exhibir estas películas. Es decir, de alguna manera seguimos intentando asumir to­ dos los roles, de alguna manera estamos intentando crear por la fuerza, a empujones, una mini- industrla, independiente del Estado, ante la experiencia vivida frente a un Estado que no le da ningún hueco al cine y que nos da fuerza a abrirnos camino a empujones, por nuestra propia cuenta, de manera independiente. El Estado se ha desprendido de nosotros y esta es una cosa nueva que tenemos que tomar en cuenta porque no era así antes. Antes el Estado era más protagonista no sólo en la producción de cine sino en el de toda la cultura, y en el cine hablo del papel de Chile Films y de la ley de cine. Quiero saltarme la obviedad de discutir que un conjunto de medidas de esta naturaleza re

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