La industria cinematografica chilena : desafios y realidades

en que se hacía cine en Chile, el problema era exactamente ése; se hacía cine, pero no ha­ bían equipos, no habían micrófonos, el audio no se entendía, la fotografía era dispareja, hecha con malas cámaras, con celuloide vencido (a mí me tocó filmar una película con ce­ luloide vencido).'Hoy día tenemos absolutamente de todo en lo que respecta a equipamiento y no se hace cine y sí se hace mucha publicidad: realmente es una vergüenza que haya un país en que exista tal cantidad de equipamiento y tal cantidad de talento viejo y joven, destina­ do 100% a hacer publicidad. No tengo nada en contra de hacer algo de publicidad, pero no que sea el 100%. Esto no es culpa de la gente que hace publicidad: el problema es netamente económico, de falta de apoyo de una legislación que permita, por lo menos, recuperar el capi­ tal invertido en un largometraje * Voy a contar como se hizo “ Julio Comienza en Julio” , hrantos tres personas: Alberto Cclery, Nelson Fuentes y yo, que hacíamos publicidad, justamente cuando comien/.a el boom de la publicidad en Chile: pero teníamos unas enormes ganas, una enorme locura como dice Alejo Alvarez, por hacer cine de largometraje. Estuvimos varios años haciendo publicidad y guardando unas chauchas, hasta que apareció un tema que nos lo permitía hacer. En realidad era un cortometraje en un comienzo; queríamos hacer un pequeño cuento en 16 nim. porque no nos alcanzaba la plata para hacerlo en 35, y además en blanco y negro por la misma razón Entonces reunimos el capital sólo para la filmación de este cuento; nos entusiasmamos tanto con el escritor Gustavo Frías, que el cuento terminó siendo un largo de 2 horas. El hecho es que se filmó esto en un par de meses y por supuesto se nos acabó la plata. De ahí seguimos haciendo publicidad dos años más y a ratitos compaginando la película, hasta que el ano ‘79 finalmente se estrena y es la historia que todos conocen. A pesar del tremendo éxito de público de "Julio Comienza en Julio", no se recupera la pía ta. Si nosotros hubiéramos puesto esa plata en una financiera en esa época sin hacer absoluta­ mente nada, habríamos ganado muchísimo más: sólo recuperamos el capital. Esto está clara­ mente diciendo que es imposible hacer largometrajes con la mea ue tener una seguidilla de lar­ gos. El caso mío lo demuestra: tuve que pasar cinco años haciendo publicidad para hacer un lar­ go y luego invertir los años de trabajo para recuperar el costo de la inversión. O sea, nadie me paga mi trabajo, entonces el hobby es super Iindo’¿no7. l'no de todas maneras lo sigue haciendo porque el que nace chicharra tiene que morir cantando, y eso mismo le pasa a muchos otros. Pero la verdad es que sin una legislación de apoyo que dé la posibilidad que uno por lo menos recupere el capital inmediatamente, es imposible que haya una cadena de largometrajes. En este momento estoy haciendo una producción que sí es un mediometraje; lo filmé ha­ ce casi dos años y es la misma historia: estamos de nuevo compaginando entre comercial y co­ mercial, cuando uno ha conseguido algo de plata. No me cabe duda alguna que mientras no exista una legislación apropiada, (poique hay legislaciones buenas y malas: hay legislaciones que es mejor que no existan, como la de tipo estatista, solamente el Estado o los amigos del Estado hacen cine y el resto no) que cree las condiciones para que la empresa privada decida poner su plata, si no para hacer el super negocio del siglo, por lo menos para jugar un poco, sin perder todo ese capital, esto no va a funcionar.

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