Antología de Andrés Bello

pronunciacion correcta y la de desaprender la viciosa; a1 paso que con un poco de cuidado se hubieran podido formar buenos hhbitos; y evitar a1 oido de las personas instruidas el tormento de aquellos sonidos barbaros que suelen pasar por citas latinas. No queremos decir que el joven alumno haya de engolfarse en la espinosa investigacion de 10s valores que 10s antiguos ro- manos daban a sus letras, materia siempre dificil, y en 10s pri- meros estudios jntempestiva; lo que deseamos es la exacta ob- servaci6n de las cantidades y acentos. Luego que el estudiante se ha familiarizado con las declina- ciones y conjugaciones regulares, debe empezar a traducir de la lengua latina a la patria; para lo cual son utilisimas las colec- ciones de pasajes selectos, coordinados a las reglas gramatica- les, y distribuidos de modo que la dificultad vaya creciendo por grados. Se desenvolveran a1 mismo tiempo 10s principios gene- rales de la sintaxis, y se procedera gradualmente a lo mhs com- plicado y dificil, ilustrando cada regla con gran n6mero de ejem- plos y recurriendo frecuentemente a la version de las frases de la lengua materna en las correspondientes latinas. Es importante comenzar temprano y avanzar lentamente, porque el desarrollo del alina es tambien lento, y no seria ra- ciona.1 esperar frutos cuando apenas empiezan a formarse las florcs. Los ejercicios practicos son la vida de la instiuccion gra- matical, como de todas las otras. El entendimiento, siempre ac- tivo, se fortifica de este modo, sin exponerse a1 peligro de la precocidad; y las reglas, cuyo conocimiento es de la mayor con- secuencia para m8s adelante, se graban de Lin modo indeleble. La maxima del emperador Augusto, festina lentel, se debe ob- servar con rigor, no perdiendo de vista que se trata de cultivar no solo la memoria, sino el juicio y gusto del alumno. Nos detenemos un momento para recomendar varios ejerci- cios que nos pareceii de grande utiIidad, y que pueden princi- piar en esta Cpoca de la enseiianza, para continuar en toda la siguiente. Tal cs en primer lugar el de restituir a1 latin 10s pa- sajes que se han traducido antes a la lengua nativa. Por este medio, se forma un abundanie acopio de palabras y frases, y se va adquiriendo un conocimiento familiar de las construccio- nes mhs obvias, sin las fastidiosas tareas de encomendar a la memoria una nomenclatura inconexa. Otro ejercicio es el de las traducciones escritas. A1 principio puede el niiio escribir todo lo que traduce; pero, como las traducciones van creciendo suce- sivamenie, y a1 cabo de algunos meses este trabajo manual con- sumiria clemasiado tiempo, es necesario limitarlo entonces a IOU pasajes mAs dificiles o interesantes. Dejando a un Iado la con- 1 Apresurate Icntamente. (Nota de Espinosa Polit.). 127

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