La novela chilena : 1974-1984

18 precian esa posibilidad. Se trata pues de la historia humana más real posible, la del pecador, la que presenta Dulces chi­ lenos. En lo ideológico ésta podría ser catalogada como una novela católica en cuanto no sólo se despliega este universo -cultu­ ral sino que se muestran las diversas posibilidades que con­ tiene: un conservadurismo recalcitrante (Amalia), un ritual no auténtico (Elena), o una fe práctica y renovadora aunque tal vez no muy realista (Eugenio). Ese cristianismo de una época de la teología de la liberación apunta al contexto po lítico chileno tal como lo hace el hecho de que el padre de Elena y Marta haya sido un oficinista ibañista, es decir, pro militar. Ya no se trata de la decadencia de la aristocracia sino que de la desintegración de las capas medias. El universo eco­ nómico está reducido a una economía de sobrevivencia. El tem pie que empapa toda la narración es la frustración, el vivir el tiempo de la infamia. 2. La novela chilena 1978-1930 Las novelas más destacadas de este período no son, como en el caso de Couve, Valdés y Blanco, escritas en el país, sino.que son novelas escritas, producidas, fuera de Chile. Estas obras, de Edwards, Donoso y Coloane, circularon en el interior, fue­ ron leídas por los chilenos dentro del país, y no permanecie­ ron, como otras novelas del exilio chileno, desconocidas en el país de origen de sus escritores. Estas tres relevantes novelas son: a) Los convidados de piedra, de Jorge Edwards. Barcelona, Seix Barral, marzo de 1978, 364 p.

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