Judith Butler en Chile y en la Chile

CONVERSATORIO “PALABRAS PÚBLICAS” Quienes sufrimos situaciones de precariedad en nuestros cuerpos debemos recordar que existe la posibilidad de persistir y resistir, especialmente crean- do redes de apoyo. Y esas redes de apoyo, creo, nos dan una inspiración para concebir el mundo social y político de otra manera. Debemos vivir en condi- ciones de igualdad, ser capaces de ofrecernos apoyo entre nosotros y contar con organizaciones políticas que reconozcan y afirmen esta interdependencia entre sujetos y grupos, que profundicen la igualdad y mejoren las condicio- nes de vida. Cuando el movimiento feminista comienza a organizarse en Ar- gentina, va a los sindicatos y a varios espacios de trabajo, no solo al mundo académico sino también al mundo político y social. La dimensión feminista amplía las redes de cualquier organización en particular. Cuando las redes se amplían como ocurrió con la huelga del 8M, los sindicatos comienzan a po- nerse nerviosos. Lo mismo aquí en Chile, cuando el gobierno subestimó la ca- pacidad de convocatoria de la marcha del 8M y luego se enfrenta a un desplie- gue abrumador; también se pone nervioso. Hay demostraciones de poder que nacen de la solidaridad entre las mujeres y que son increíblemente importan- tes, especialmente porque no solo son nacionales sino transnacionales. Existe colaboración a través de la región, en diferentes países, pero también entre distintos idiomas, así que las coaliciones feministas requieren de un acto de “traducción” constante entre sus respectivos contextos y no depender siem- pre del inglés como lengua dominante. Por lo tanto, creo que tenemos que reforzar las agrupaciones y coaliciones transversales y no quedar atrapadas en categorías identitarias que funcionan por separado, para abordar temas estructurales de justicia social. Las mujeres siempre han estado unidas contra la guerra, el militarismo y el fascismo. También he sabido que las mujeres y el feminismo fueron parte importante del movimiento de resistencia contra la dictadura en Chile. Entonces, todos estos son ejemplos de solidaridad y unión para el feminismo que debe asociarse con otros movimientos, con los derechos de los trabajadores y los migrantes, etc. Al mismo tiempo, debemos dejar claro que no queremos volver a subordinarnos a las estructuras de do- minación masculina que la izquierda tiende a perpetuar. Esto es una lucha continua. Y no creo que el aislamiento del feminismo sea una respuesta. Los derechos por los que luchamos son diversos y plurales. Emilia Schneider, Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, militante del Partido Comunes y ex vocera de la toma feminista de la Facultad de Derecho en 2018: El año pasado nuestro país fue remecido por masivas movilizaciones estudiantiles que instalaron la demanda por una educación pública no sexista en el debate público, con el objetivo de superar la violencia y la discriminación brutal que vivimos mujeres y disidencias. Se han originado en el interior del movi- miento intensas discusiones en torno a cuál es el sujeto del movimiento feminista, a sus límites identitarios y, en concreto, si es o no una demanda que deban/puedan defender los hombres heterosexuales. Habemos muchas feministas que creemos que sí, que pese a que mujeres y disidencias sexuales somos sujetos prioritarios, hoy el fe- minismo viene a combatir problemas de toda la sociedad como la violencia y la preca- rización, y es hoy la expresión más amplia de una oposición social al avance de la ultra derecha en nuestro continente. En esa línea, y entendiendo la diversidad de posturas y feminismos como una riqueza del movimiento mas no un rasgo que deba impedir su capacidad de incidencia política, ¿cómo el feminismo articula mayorías detrás de un proyecto alternativo de sociedad, por la ampliación de derechos y la profundización de la democracia? ¿Cómo conduce un proceso de transformación hacia la superación

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