Judith Butler en Chile y en la Chile

CONVERSATORIO “PALABRAS PÚBLICAS” que le fue enviado a Faride Zerán, Vicerrectora de Extensión y Comunicacio- nes de la Universidad de Chile, el mismo día en que dicha institución le en- tregó el Doctorado Honoris Causa a Judith Butler. El mensaje consignaba lo siguiente: “Por la hora coincidió con que yo estaba en la micro entre Serena y Coquimbo… y me conecté para escuchar a Judith. Y un grupo de chiquillos y chiquillas la iban escuchando en manos libres… en la micro. Alguien le gritó al chofer: ‘Tío, apague la radio’, y el tipo la apagó. Toda la micro escuchando… Y hubo un tremendo aplauso cuando le entregaron el Honoris. En una micro entre Serena y Coquimbo. Media micro celebrando el Honoris… una belleza”. No hay explicación lógica para la extrañeza de los hechos que consigna el re- lato. Solo podemos especular que la “belleza” de esta remota traducción cultu- ral, de este sorprendente desvío periférico se deba a cómo las redes de afectos político-feministas, saltándose las distancias entre latitudes extremas, saben generar proximidades entre cuerpos que comparten –horizontalmente– una misma conciencia de lo urgente en materia de derechos e identidades a con- quistar. Las impurezas de la teoría Me gusta citar una frase de Judith Butler que dice: “Hay un nuevo territorio para la teoría, necesariamente impuro, donde esta surge en el acto mismo de la traducción cultural. Se trata del surgimiento de la teoría en el sitio donde se unen los horizontes culturales, donde la exigencia de la traducción es agu- da y donde su éxito es incierto” 26 . Hablar de una “teoría impura” es, primero, hablar de una teoría que no se cree autosuficiente, sino que reconoce depender de un conjunto de exterioridades (otras disciplinas, otras formas de saber y hacer, otros vecindarios, otras cor- poralidades y materias) y a la que le gusta transitar por zonas de contacto y fricciones que ponen a prueba sus límites y condiciones. Judith Butler asume las insuficiencias de la teoría que, lejos de refugiarse en la pureza y certeza del método que le reserva el academicismo, se roza, en su obra, con las for- maciones heterogéneas de un presente en curso que modifica el contenido de los textos guiando la circunstancialidad de sus usos crítico-políticos. Demás está decir que esta visión de la teoría –como impureza e incerteza– repercute en las definiciones mismas de “universidad” que proyecta Judith Butler desde la teoría crítica y su compromiso con un futuro transformador de las huma- nidades: una universidad cuyo adentro (ritos de enseñanza, jerarquías del sa- ber, organización de las disciplinas, clasificación del conocimiento, etc.) se ve desafiado por un afuera hecho de cuerpos e identidades que luchan en torno a los significados incompletos de la democracia. La teoría se formula entonces, para Judith Butler, como un ejercicio situado de análisis y comprensión que lleva al pensamiento a dialogar con la acción para extraer de ella fuerza y energía en medio de la conflictividad social. Ju- dith Butler ha insistido en que “la teoría feminista nunca está del todo dife- 26 Judith Butler. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad . México, Paidós, 2001. P. 11.

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