Ciudadanías para la democracia

84 Intentaré desmentir aquello mediante algunas pinceladas muy sucintas. ¿De qué democracia podemos hablar en siglo XIX, en circunstancias de que hasta muy avanzado ese siglo el sufragio era censitario? Puesto que tenían derecho a voto y a ser elegidos solo los hombres -subrayo hombres- mayores de 21 años si eran casados o mayores de 25 años si eran solteros, que supieran leer y escribir, y poseyeran un nivel de riqueza expresado a través del pago del “censo”, esto es, elevado impuesto patrimonial. El resto de los habitantes -mujeres, pobres, capas medias- quedaba excluido de la vida política. Estas personas, o sea, la inmensa mayoría de la población, no tenían derecho ni a votar ni a ser elegidos. ¿De qué democracia podemos hablar, incluso, después de que una reforma constitucional en 1874 instaurara una suerte de sufragio universal masculino, que dio por supuesto que el requisito de riqueza se cumplía con la sola condición de saber leer y escribir, en circunstancias que las mujeres siguieron estando excluidas, pero además la inmensa mayoría de los hombres, por razones de alfabetización (o, más bien dicho, de analfabetismo) lo siguió estando? ¿De qué democracia podemos hablar, entonces, cuando hasta 1958 imperó el cohecho más descarado por no existir la cédula única electoral, lo que facilitaba la compra de votos por los partidos? Más aún, cabe recalcar que hasta 1891 no solo existió el cohecho, sino que una indisimulada intervención electoral de la Presidencia de la República, de todos los jefes de Estado, fuesen estos liberales o conservadores. Tan evidente era esta intervención que hasta los historiadores más tradicionalistas o conservadores dicen que el gran elector de la época era el presidente de la República, porque desde La Moneda se organizaban los fraudes electorales: robo de urnas, impedimento físico para que los opositores más conocidos llegaran a los lugares de votación, etc. ¿De qué democracia y de qué desarrollo político institucional supuestamente perfectamente regulado, pacífico y evolutivo podemos hablar? Formulo esta pregunta porque Chile vivió cinco guerras civiles, considerando como tales las guerras de la Independencia (con características de verdadera guerra civil, porque no se trató de una lucha entre españoles versus chilenos, sino de partidarios del rey, la mayoría de ellos “chilenos” nacidos en este territorio versus otros nacidos en este territorio que seguían siendo partidarios del rey de España). Pero además de esa guerra civil, hubo

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=