Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano

105 para reducir los efectos colaterales negativos de la pobreza (Friedman, 1962, capítulos 10, 11 y 12). 156 En el inicio del siglo XXI, América Latina se transformó en el laboratorio de diferentes modelos de desarrollo económico. La rotulación de esos modelos es claramente controversial en el campo político-ideológico y, frecuentemente, las narrativas político-electorales divergen de las acciones concretas. Alegorías antiliberales y posliberales conviven con parcelas liberales y viceversa. Es, naturalmente, un error analítico identificar antiliberalismo o posliberalismo en países que mantienen un elevado grado de liberalización económica, independientemente del activismo de las políticas públicas. 157 En América Latina, el neoliberalismo sincrético implica la coexistencia de modelos económicos liberales con políticas sociales paliativas (o activas), incluyendo aquellas focalizadas en la desigualdad y en la pobreza. A rationale de ese neoliberalismo sincrético es, naturalmente, la gobernabilidad y la perpetuación en el poder. Por esa razón, cabe dejar de lado clasificaciones del tipo gobiernos de izquierda, derecha, progresistas, conservadores, liberales, posliberales, antiliberales etc., que confunden más que esclarecen. En América Latina se identifican experiencias de adopción de políticas focalizadas de reducción de la desigualdad y pobreza, mayor activismo de las políticas públicas y, eventualmente, reducción de la liberalización económica. En tanto, es difícil clasificar esos países en el esquema simplificado −liberal, posliberal o antiliberal− en vista de la ausencia de cambios estructurales en la economía. Es verdad que algunos países adoptan modelos antiliberales (ILE bajos) mientras otros siguen o profundizan modelos liberales (ILE altos). Sin embargo, eso no impide que gobiernos liderados por fuerzas políticas más a la izquierda, inclusive socialistas, operen modelos de desarrollo económico fuertemente liberales. Ese es, ciertamente, el caso de Chile, con gobiernos liderados por el Partido Socialista durante la mayor parte de las dos primeras décadas del siglo XXI. Además, hay países cuyos gobiernos, marcados por la ambigüedad política y el oportunismo, siguen estrategias y políticas contradictorias. En esos países, a pesar de que hay activismo en las políticas públicas, también hay un refuerzo de la concentración de capital al mismo tiempo que se adoptan políticas paliativas y focalizadas en la desigualdad y la pobreza. Ese es el caso de Brasil durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores, entre enero de 2003 y agosto de 2016. 156 Según Friedman (1962, p. 195), “el corazón de la filosofía liberal es la creencia en la dignidad del individuo, en su libertad de extraer el máximo de sus capacidades y oportunidades de acuerdo con sus propios intereses, sujeto solamente a la condición que ello no interfiera con la libertad de los otros individuos de hacer lo mismo”. 157 Para una revisión de las parcelas y alegorías pos-neoliberales en América Latina en el inicio del siglo XXI, ver Ruckert, Macdonald y Proulx (2017).

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