Aluviones y resiliencia en Atacama : construyendo saberes sobre riesgos y desastres

Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 154 cayó intensamente en el sector cordillerano de Chañaral, trasladándose hacia la costa de mane- ra violenta. El torrente destruyó a su paso la línea férrea y la carretera que une los pueblos de Llanta, Diego de Almagro y el Salado con el puerto. 14 de mayo 1985: Aluvión en la quebrada de Manflas El día 14 de mayo de 1985, un violento aluvión, con un volumen total estimado de 5x106 m 3 , se precipitó por el valle del río Manflas, afluente del río Copiapó. El material movilizado, incluyendo gran cantidad de piedras y restos vegetales, en una matriz de arena y lodo con elevado contenido de humedad, tras recorrer aproximadamente 15 km, se descargó a la cubeta del embalse Lautaro, donde se depositó. En su punto de origen, el flujo habría alcanzado un caudal de 11.000 m 3 . 18 de Junio 1991: En esta fecha la lluvia caída en Caldera fue de 39,4 mm en 24 horas; en Copiapó de 31,7 mm y en Chañaral 41,4 mm, según Hauser (1997), a partir de datos de la Dirección Meteorológica de Chile. El mismo autor indica que estos eventos de lluvias intensas, provocaron crecidas y desbordes de los ríos Copiapó y Huasco, causando inundaciones en las calles y viviendas de las ciudades de Copiapó, Vallenar y Huasco. Existen también registros de cortes de caminos y de las líneas férreas ocurridas por activación de las quebradas y generación de flujos con alto contenido de carga sólida (Castro et al., 2010). 12 de junio de 1997: Las precipitaciones más altas de los últimos tiempos (148,7 mm) afectaron Copiapó y la Región Atacama. Flujos de detritos y barro ocurridos en la ciudad de Copiapó provocaron la muerte de 7 personas y severos daños en la zona urbana, en sectores donde las quebradas de descarga estaban ocupadas por viviendas Eventos de marzo de 2015: El evento ocurrido entre el 24 y 26 de marzo del año 2015, fue descrito por la Dirección Meteoro- lógica de la siguiente manera, “(…) (en la fecha del evento) se desprendió desde el flujo normal de los oestes una baja presión que se desplazó hacia el norte. A esta baja segregada, producto del debilitamiento del anticiclón subtropical del océano Pacífico, se le sumó el calentamiento repentino del océano en la costa norte de Chile durante la semana del 22 al 28 de marzo (2°C de temperatura por sobre lo normal). Por otra parte, este calentamiento oceánico transfirió hume- dad potencial al aire, activando las precipitaciones en el desierto de Atacama, de características líquidas en la alta cordillera, generando desbordes en los ríos e inundaciones en la Región de Atacama. La extensión y duración del evento provocó desbordes de los ríos y aluviones en las localidades del valle de Copiapó, ocasionando pérdidas humanas y materiales en una zona que normalmente precipita del orden de 15 mm al año, registrando alrededor de 70 mm acumulados en todo el evento” (Dirección Meteorológica de Chile, 2015). Considerando diversas informaciones recopiladas de medios noticiosos en internet, se puede resumir que las precipitaciones del evento mencionado provocaron en la Tercera Región de Atacama la consecuente crecida y desborde de los ríos Copiapó y El Salado, y activación de quebradas en la provincia del Huasco, como en los valles de los ríos El Tránsito y El Carmen, lo cual provocó deslizamientos de tierra, cortes de rutas, viviendas destruidas y cortes de energía eléctrica y de fibra óptica (Figura 1). En el último reporte por parte de ONEMI publicado el 7 de

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=