Aluviones y resiliencia en Atacama : construyendo saberes sobre riesgos y desastres

Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 152 transporta esta agua. Por ejemplo, en orden a la cantidad de agua, una vertiente transporta me- nor cantidad que una quebrada, y esta transporta menos agua que un estero o un río. En el norte del país, prevalece la condición del tiempo durante el cual se transporta esta agua, en el que se denomina quebrada a un cauce que lleva eventualmente agua (entre 1 y 30 días al año), mientras que un río lleva permanentemente agua (entre 100 y 365 días al año), dejando la palabra estero para aquellos cauces permanentes pero que transportan menos agua que un río. Un cauce natural o río se forma por la unión de diferentes cursos de agua, algunos dimi- nutos como vertientes, y otros mayores como quebradas y esteros, cuyo origen principal son las precipitaciones, el derretimiento de la nieve y los glaciares, y los afloramientos de aguas subterrá- neas. Se debe entender que gota a gota se forma una vertiente, una quebrada, un estero o un río. ¿Por dónde pasa un río? Un río pasa o cruza una sección que se encuentre más bajo que el punto anterior, buscando estar siempre a nivel inferior, entendido como un menor nivel de energía. A su vez, un río está limitado por las formas del terreno, pudiendo contraerse o abrirse según exista un terreno encajonado o plano, respectivamente. Si el terreno natural, visto como una sección del río en el que uno mira desde el centro del cauce hacia donde baja el agua, posee una forma de “v”, entonces el límite está dado por la altura que sea capaz de alcanzar el agua en dicha forma de v. Si la forma que se observa es en forma de “u”, entonces la altura que puede alcanzar también está dada por la altura que sea capaz de alcanzar, y explica que el agua puede cubrir todo el valle y limitarse por las laderas de cerros. Trágicamente, las ciudades del norte del país se encuentran ubicadas en la parte baja de estas formas de “u” y es probable que sean inun- dadas durante eventos de crecidas. ¿Se puede volver a repetir lo ocurrido el 25M? Sí, se puede volver a repetir, y el nivel de crecidas puede ser mayor, es decir, el nivel de las aguas puede ser mayor y con mayor velocidad que el ocurrido el 25M. Algunos fenómenos de la naturaleza, como las crecidas, se las asocian a un fenómeno aleatorio, que puede ser analizado con herramientas de probabilidad y estadística. Esta simplificación matemática sirve de apoyo para el diseño de obras civiles. Para ello se hace necesaria una base de datos con registros históricos. Se construyen entonces obras civiles que permiten desviar y encauzar las aguas con la finalidad de evitar que algún punto se inunde. Estas obras civiles poseen un costo y mientras más grande sean mayor será su costo. El diseño de estas obras se desarrolla teniendo como elemento base la crecida de un cierto período de retorno. ¿Qué es el período de retorno? El período de retorno es llamado también período de recu- rrencia, siendo un concepto complejo de explicar, incluso para los que trabajan periódicamente con él. Técnicamente, corresponde al tiempo esperado o al tiempo medio entre sucesos indepen- dientes, sobre un determinado umbral. De esta manera, un suceso que ocurre todos los años, es muy recurrente y se asocia a que tiene “período de retorno pequeño”, mientras que un suceso inesperado, es poco o nada recurrente y se le asocia un “período de retorno grande”. Por ejemplo, una crecida recurrente es aquella para la cual, el río Copiapó puede ser cruzado a pie y cuyo ancho del agua que cubre el suelo sea inferior a los 5 metros. Este tipo de crecidas podría ser clasificado con un período de retorno “pequeño” entre 2 o 5 años. Si el río crece y no es posible cruzarlo a pie, dado que el agua llega sobre las rodillas y la velocidad es muy alta, tal que pueda arrastrar río abajo, se está en una condición poco recurrente y se le asocia un período de retorno “grande” que podría estar entre 25 o 50 años. Si el fenómeno posee una menor o casi nula recurrencia, se le podría asociar un período de retorno “muy grande” de 100, 200, o 1000 años. El fenómeno que ocurrió el 25M, fue clasificado por los expertos como un fenómeno de 100 años de período de retorno (MOP-DOH, 2016).

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