Coloquio democracia y participación universitaria

Coloquio Democracia y Participación Universitaria [ 24 ] Otro rol predominante lo juegan actores que fortalecen un modelo de demo- cracia representativa y de gestión: Servicios Públicos y ONG’s. Los primeros responden a la lógica del Gobierno, del cual dependen directamente. Y las ONG’s actúan de acuerdo a las directrices del Gobierno y las Empresas, desde donde obtienen su financiamiento. De esta manera, la participación es sinónimo de un “estar informados”, de tal forma que la participación se transforma en un hecho de discurso que se banaliza, se mercantiliza y se consume. 1.2. Participación en la UFRO Actualmente la participación en la UFRO se debate en una tensa relación entre el estatuto, generado durante la dictadura, y los acuerdos del claustro, realizado al recuperar la democracia. Y como expresión de ese momento, constituye un tímido guiño, que no pasó de tal. La participación universitaria, por lo tanto, se diluye hoy en medio de dife- rentes regulaciones que –en medio del modelo posneoliberal- sólo procurar administrar indicadores, deseos y relaciones. 1.3. Participación en la FECSYH En nuestra comunidad de la Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Hu- manidades, en tanto, procuramos abrir espacios de participación, defendién- dola como un principio irrenunciable. Breve desarrollo teórico-conceptual Esta presentación se desarrolla en base a algunos supuestos: 2.1. Crisis del modelo estado-nacional (Moreno, 1999), expresada en dos cons- tantes: a. Una actitud paternalista, subsidiaria y clientelar b. Un comportamiento represivo, a través del uso exclusivo de la fuerza En este sentido, podemos observar claramente que: El paternalismo se mueve entre dos modelos familísticos (Lakoff, 2004), que cruzan los dos conglomerados políticos hegemónicos: - conservador, basado en el éxito individual garantizable por un apoyo único y restringido en el tiempo. Propio de la centroderecha: el ícono es la figura del joven que migra de casa para formar su propia familia, y cuyo retorno es con- siderado un fracaso para el modelo. El modelo parte de la idea de una familia perfecta o, al menos, idealizada. - liberal, según el cual el éxito es garantizable por un apoyo sistemático. Pro- pio de la centroizquierda, donde el retorno de la figura del hijo es entendida como parte del proceso. El supuesto es la familia imperfecta o no ideal y que, por lo tanto, asume sus errores. La represión es proporcional al paternalismo, de modo que se justifica en éste. Si damos –y en ambos modelos se da-, esperamos. En el primer caso, claro, el

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