La artesanía en Chile

28 empleo. Y vuelve, entonces, en la ciudad a su antiguo Oii- cio, con una mezcla de materiales tradicionales y modernos, más nuevas temáticas expresivas. El régimen a través del CEMA rural ha intentado incautar al­ guna parte de la producción artesanal y ha dado orientado - nes generales y no específicas acerca de lineamientos expre­ sivos. Los organismos oficiales han presionado el trabajo artesanal como elemento de freno a la "extrema pobreza", des conociendo su carácter de fenómeno estético que expresa rea— 1idades. % Pese a las limitaciones autoritarias, la artesanía rural ha sido sensibilizada por la comunicación oral urbana, las le­ yendas transmitidas, el uso de los.medios, etc. (grabadoras, cassette, televisión). Las crisis urbanas han permitido au- tovalorizar un espacio de vida rural, un modo de ser, obje - tos, técnicas de producción y diseños artesanales. Este rearraigamiento de las historias rurales ha sido también estimulado por un flujo de turismo interno de nuevo tipo, constituido por estudiantes, investigadores, ciudadanos expul sados de la ciudad que llegan a las diferentes regiones o zo­ nas artesanales a revalorizar el objeto artesanal, producien­ do en el creador un estímulo y un adentrarse en un pasado que no se deteriora y que resiste el peso del tiempo. Esta apropiación del pasado, estas nuevas motivaciones del consumo sugieren la ampliación de un mercado que genere espa cios y amplíe la comercialización rural. Las potencialidades de la artesanía rural no sólo se explica por la bósqueda de identidades, sino por el impacto de la mu jer que hoy no sólo actóa como productora de bienes, sino co mo productora de significados de vida, en un universo rural7 en que el hombre sucumbe más prematuramente a las pesadumbres de la vida social.

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