Aportes al mejoramiento en la cadena de valor hortícola de la provincia de Chacabuco

37 CAPÍTULO III La fertilidad de un suelo es la capacidad que tiene para permitir el crecimiento de las plantas. Desde ese punto de vista se puede hablar de una fertilidad “química” referida a los nutrientes del suelo (macro y micro nutrientes); “física” en relación a la estructura y porosidad y “biológica” cuando considera los microorganismos del suelo, aunque las tres están totalmente unidas. Muchas veces las deficiencias en los suelos, derivan del mal manejo que se le da pues no se le devuelve lo que las plantas extraen desde él. Es decir, una planta para crecer va tomando los macro (N, P, y K) y micronutrientes (Mn, Fe, Mg, Ca, etc.) y estos nutrientes pasan a formar parte de sus estructuras (hojas, tallos, raíces), pero luego cuando esa planta se cosecha, se lleva con la cosecha lo que la planta tomó del suelo y así el suelo se va empobreciendo de nutrientes (Figura 31). Por lo tanto cada vez que se eliminan los restos de la cosecha de un cultivo, el suelo pierde fertilidad y vida. FERTILIDAD DEL SUELO Figura 31. Cosecha de haba. Las vainas tienen en sus estructuras nutrientes que han tomado desde el suelo y que cuando se sacan del campo se pierden esos nutrientes. Una buena estructura permite que el aire y el agua circulen bien en el suelo y por tanto que las raíces de las plantas crezcan en buenas condiciones (Figura 32). Además, se logra una buena actividad microbiológica; un ejemplo de ello es la alta proliferación de lombrices en un suelo fértil, las que a su vez, mejoran la fertilidad del suelo por el aporte de materia orgánica que generan una vez que ellas mueren o los excrementos que producen. A B Figura 32 . Esquema de un suelo con buena estructura (A). Suelo de buena estructura (B)

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