Heroísmo sin alegría

48 ter lo inventado, aunque lo inventado sea el asesinato de uno mismo, la poesía, po– ner a hervir las vísceras y elaborar embu– tidos de alma, pero embutidos perfecta– mente auténticos, es decir, de carne muer– ta como viva, muerta como viva, por la forma lograda, por la actitud adquirida. ¿El poeta? El poeta. Sí. El poeta. El fabri– cante de propiedades dolorosas y el en– terrador de su abismo. Exactamente que ese urgente asesinador de uvas que maltra– ta y humilla los polvorosos sacos de sol y miel, y fabrica la presencia maravillosa del vino, yo, nosotros, nos vamos arando y elaborando la fruta abstracta del canto como grandes monstruos que se comiesen el corazón. Tarea de alacranes, empresa de escorpiones, la poesía implica los sui– cidios sucesivos, la poesía implica un rol de mártires de LA VUELTA ETERNA. ¿Y la gramática? La gramática, como los cuernos, le conviene a los toros y a los ton– tos. Además, a cada animal, su gramática.

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