Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

100 JACQUES MARITAIN le asemejan. Aprovecha todas las insuficiencias de la razón, que se manifiestan en el mundo moderno de una manera tan terriblemente agra-· vada, para entregar nuestra angustia, no a la acción de la gracia, sino a la de nuestra natura- leza inferior. Enseñó sobre todo, a nuestra mi- rada, a complacerse en nosotros mismos y a ha- cerse cómplice de lo que ve así, y a descubrir el encanto de estas secretas trizaduras de la sen- sibilidad más individual, que las edades menos impuras abandonaban temblando ante la mira- da de Dios. "Todos los velos del corazón han sido desgarrados, decía Mme. de Stael, a propó- sito de la "Nouvelle Heloise". Los antiguos no habrían hecho nunca de su alma un tema de ficción" . La literatura y el pensamiento moder~ nos, heridos de este modo por él, tendrán gran dificultad en volver a encontrar la pureza y la rectitud que una inteligencia vuelta hacia el ser, conocía en otro tiempo. . Hay un secreto de los corazones, que está vedado a los ángeles, y abierto solamente a la ciencia sacerdotal de Cristo. Un Freud hoy día, por medio de astucias de psicólogo, trata de vio- larlo. Cristo posó sus miradas en los ojos de la mujer adúltera, y traspasó todo hasta el fondo; sólo él lo podía hacer sin mancha. Todo nove- lista lee sin vergüenza en esos pobres ojos, y lleva al lector ante el espectáculo.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=