Bicentenario de Hispanoamérica: Miranda escritor

78 Miranda: cultura griega y derechos humanos Uno de los biógrafos de Francisco de Miranda, el historiador argentino Manuel Gálvez lo calificó como ―el más universal de los americanos‖. Pensamos que este juicio es realmente justo. El estudioso español Pedro Grases da comienzo a su estudio sobre la tradición humanista en América con la figura de Miranda, para continuar con la de Andrés Bello. Creemos que este juicio es igualmente justo 101 . Hallamos en Miranda esa universal preocupación por ver, comprender, sentir, amar y saberlo todo, que caracteriza al humanista 102 . De los diversos ámbitos de actividad en que se manifestó la dimensión universal 103 , humanista, de Miranda, queremos mencionar aquí al menos cuatro. En primer lugar, su participación en tres revoluciones libertarias, que, por su significación político-social, cambiaron el mundo de su época: la Guerra de la Independencia de Estados Unidos; la Revolución Francesa; y la Revolución de la Independencia Hispanoamericana, de la cual fue Precursor, apóstol, héroe y mártir, y por la cual luchó durante décadas. En segundo lugar, su admiración y conocimiento de la cultura griega, la que ocupa un lugar central dentro de sus intereses culturales, admiración y conocimiento que tienen directa incidencia en sus concepciones políticas. En tercer lugar, su afán de 101 Pedro Grases: La tradición humanística , Obras Completas , vol. V, Six Barral, Barcelona, 1981. 102 Luis Beltrán Guerrero: “Interpretación del Bello humanista”, en Con Andrés Bello , La Casa de Bello, Caracas, 1983, p. 21. 103 Esta dimensión de la personalidad de Miranda fue captada por no pocos de sus interlocutores. Sólo a modo de ejemplos, recordamos aquí el juicio de dos intelectuales. El historiador del arte Quatremère de Quincy afirmaba en su Semblanza de Miranda , en 1794: “Miranda ya no es hombre de un país; se ha convertido en una especie de propiedad común”. Colombeia , vol. XVI, p. 317. El profesor Pictet escribe en Ginebra, el 30 de septiembre de 1788: “Es el hombre más extraordinario que he visto jamás, por la extensión de sus viajes en las cuatro partes del mundo; los conocimientos que ha adquirido a través de éstos; la riqueza de su conversación; su ciencia en la historia, la literatura, las bellas artes, en una palabra, por una universalidad de la que yo no tenía idea y de la que no he visto otros ejemplos”. Carta a Leonard Bordier, Colombeia , vol. VIII, p. 56.

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