Bicentenario de Hispanoamérica: Miranda escritor

43 Incontables son las bellas descripciones trazadas por Miranda en sus escritos y serían muchísimas las que podríamos citar como ejemplos. Las observaciones de Miranda sobre la naturaleza y la agricultura comienzan en España, donde desembarca el 1º de marzo de 1771, primer día del mes en que cumplirá 21 años. En sus recorridos por razones de su trabajo en España, en sus años como soldado del ejército del rey, se da tiempo para anotar impresiones sobre el paisaje. En 1778, en viaje de Cádiz a Madrid, con el Regimiento de la Princesa, alaba las cualidades de la tierra en las cercanías de Córdoba: ―La situación del país es la más amena y deliciosa que pueda imaginarse en la falda de Sierra Morena y orilla del Guadalquivir; la abundancia de aguas y fuentes, hacen tan fértil el terreno que, a pesar de la poca aplicación de sus habitantes a la agricultura, está toda la sierra llena de árboles frutales, que es una delicia. Un solo naranjo en la huerta de Santa María ha producido cuatro mil naranjas [...] 53 . Y en el camino de Jaraicejo a Guadalupe, el capitán viajero mira, admira y escribe: ―Todo el camino es fragoso y lleno de infinitos árboles y arroyos, que lo hacen ameno y deleitoso en gran manera a la vista‖ 54 . En su recorrido por los ―recién nacidos‖ Estados Unidos, en 1783 y 84, hallamos bellas descripciones de campiñas y bosques. El 18 de enero de 1784, Miranda escribe en Nueva Jersey: ―La superficie y cultura [=cultivo] de la región es tan amena y agradable que comúnmente se la llama el ‗jardín de América‘. Por todas partes se ven correr arroyuelos y fuentes de aguas cristalinas, que conducidas con mano industriosa por las faldas de las suaves lomas y colinas que hermosean la superficie del terreno, fertilizan la tierra y forman una serie de agradables perspectivas por toda la región. Las 53 Ibídem. , p. 473. 54 Ibídem, p. 492.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=