Bicentenario de Hispanoamérica: Miranda escritor

32 estudiamos cómo escribía, sino cómo hablaba‖ 41 . Pensamos que más bien podríamos decir que al estudiar la prosa de los Diarios estudiamos cómo escribía en forma rápida. Sin duda, ese lenguaje rápido y descuidado puede reflejar en alguna proporción la lengua hablada por él. Pero no la forma normal de hablar ni menos la forma de expresarse al dialogar con tantos personajes distinguidos, con sabios, artistas, escritores, filósofos, estadistas, a quienes le tocó conocer y tratar. Además, ese lenguaje rápido y, como tal, descuidado, no aparece en todo el Diario . En medio de las vicisitudes del viajar que se daban en su época, a veces Miranda tomaba rápidamente algunos apuntes, que después redactaba en algún lugar donde debía esperar un vehículo o un guía o aguardar que se le diera concediera una entrevista. Hay no pocos pasajes en que la redacción refleja serenidad, quietud, una actitud de contemplación o de meditación. Y en ellos, Miranda suele elevarse a momentos de lirismo que no pueden sino emocionarnos. No podemos, pues, compartir algunos de los juicios de Francisco Belda, quien parece ver una contradicción entre el sentido de lo venezolano en Miranda y la apertura de su mente al mundo y a la cultura universal. Este estudioso ha examinado la lengua mirandina en el ámbito del léxico en los siete primeros tomos de la primera edición del Archivo , es decir sólo los Diarios ; no las cartas y documentos del mismo período, ni tampoco los escritos posteriores. Escribe Belda: «A través de su lenguaje, podemos observar en él una lenta pero persistente deshispanización. Se va haciendo menos hispánico, menos venezolano, para hacerse más cosmopolita. Su desviación de la lengua de su infancia, en gran parte inconsciente, lo va alejando de su ser primero. Cuando vuelva a Venezuela, después de tantos años, será casi un extraño» 42 . Esta última afirmación hay que relacionarla con otra, también enteramente inconsistente, como veremos: «El general de los ejércitos franceses, el conquistador de Amberes, fracasará en ese medio extraño, en el que después habría de triunfar Simón Bolívar, que en todo momento se mantuvo espiritualmente unido, también por su habla, al mundo que lo vio nacer‖ 43 . 41 F. Belda, op. cit., p. 13. 42 F. Belda, op. cit. p. 13. 43 Ibídem, p. 14.

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