Bicentenario de Hispanoamérica: Miranda escritor

26 Para tratar de estudiarlos, tanto en su lenguaje como en su estilo, hay que distinguir cuatro categorías de textos: el texto de los Diarios ; el de las proclamas y documentos políticos; el de los proyectos constitucionales y el de las cartas. Y, además, hay que distinguir los textos en castellano, en francés y en inglés. El lenguaje de los proyectos constitucionales posee, como es natural, las características de la lengua de los textos jurídicos. En ellos, Miranda muestra claridad, precisión, y propiedad en el uso de términos propios de las disciplinas jurídicas. No toca a nuestro estudio el examen del fondo de las disposiciones que basan la organización institucional que concibió el precursor para el continente hispanoamericano unido en un Estado federal. Claro está que es imposible dejar de pensar que tras la terminología jurídica que puede parecer fría, está el gran sueño, la gran idea de una patria americana libre, unida, digna y feliz. Y a veces, acotaciones que en cierto modo se salen del marco de lo rigurosamente jurídico, constituyen expresión del sentimiento de una verdadera pasión por la libertad y la justicia. Los Diarios Los llevó Miranda desde su salida de Caracas 1771. Cubren un espacio temporal de 34 años, si tomamos en cuenta el último breve Diario en Estados Unidos entre el 6 y el 17 de diciembre de 1805, cuando febrilmente prepara la expedición libertadora del Leander. Los diarios extensos se extienden hasta noviembre de 1790, cuando Miranda escribe en Londres unas ―Notas para el Diario‖, que no pudo desarrollar más tarde. El espacio geográfico que cubren los Diarios es vastísimo: desde el mar de La Guaira en Venezuela hasta la lejana Crimea, al fondo del Mar Negro; toda Europa; para terminar en Estados Unidos en el último breve Diario recién mencionado. Los Diarios son testimonio de una extraordinaria peripecia vital individual y a la vez de diversos aspectos de la sociedad y de la naturaleza europea en el último tercio del siglo XVIII. Por Colombeia y los Diarios , desfilan las miserias y las grandezas de su tiempo. Junto a los museos, los monumentos, la bibliotecas, las universidades y escuelas, Miranda visita – y muchas veces antes que a

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=