La tierra de fuego: gente y naturaleza marcadas por el calor profundo

la tierra de fuego 7 Texto: Sofía Otero / Ilustración: Paula Bustamante La obstinación del desierto se rindió en Pica. La aridez, las rocas y el polvo se repliegan en esta zona de oasis. Históricamente, el agua que brota en esta tierra convocó a un diverso repertorio de viajeros que fueron dejando su huella en la zona. Formó parte del Camino del Inca, atrajo a la expedición de Diego de Almagro (1536), y con el tiempo se establecieron los asentamientos que lograron hacer florecer esta tierra con viñedos y cítricos. Las vertientes de aguas calientes de Pica, conocidas como cochas, además de solventar el regadío agrícola, se convirtieron en una fuente recreativa muy apreciada por los lugareños, quienes la aprovechaban como un lugar para el aseo personal en horario vespertino y nocturno, mientras durante el día las lavanderas se beneficiaban de sus bondades para hacer su trabajo. En la actualidad, estas termas se explotan de forma turística por la Municipalidad de Pica. Flor en la arena 20°30’00”S 69°20’00”O

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